No sabemos hace cuánto tiempo alguien comenzó por primera vez a jugar a rol, o a lo que podríamos considerar algún tipo de proto-rol, pero si sabemos el año en el que se publicó el primer juego de rol tal y como lo conocemos hoy en día.
Como la gran mayoría sabréis, el primer juego de rol publicado fue Dungeons & Dragons por la editorial Tactical Studies Rules y el año de publicación fue 1974.
50 años de la 1º publicación de Dungeons & Dragons
Este año Dungeons & Dragons, y por lo tanto el rol, celebran su quincuagésimo aniversario. El aniversario de oro del rol. Los aficionados a los juegos de rol estamos de enhorabuena.
Cincuenta años pueden ser mucho tiempo o ser algo tan insignificante como una gota de agua en el mar o un grano de arena en el desierto. Pero aquí estamos, cincuenta años después de esa primera publicación, disfrutando de una afición que podemos considerar joven si la comparamos con otras. Una afición cuyo recorrido no es vano por la cantidad de aficionades a los juegos de rol existentes, la huella cultural que ha dejado y sigue dejando, o la evolución del propio concepto de jugar a rol y juego de rol. Que no es lo mismo aunque lo parezca.
Como decía, cincuenta años pueden no parecer muchos en comparación con otras aficiones y sin embargo, la influencia que los juegos de rol han tenido en la cultura popular no puede ser ignorada. No son pocas las series de televisión, películas, libros, videojuegos, comics, juegos, canciones, ropa, etc. que han surgido o se han inspirado en esta afición.
No es cosa actual, esta simbiosis lleva décadas permeando en la sociedad viéndose reflejada en aquello que los ciudadanos de a pie hacemos. Aunque si es cierto que en este siglo parece existir un reconocimiento o exposición mayor que en el siglo pasado.
Este auge es debido, entre otras razones, porque quienes éramos niños y jugábamos a juegos de rol hemos crecido y en nuestra etapa adulta mostramos sin miedo nuestra pasión. Quienes viven del mundo del arte son quienes mejor pueden mostrar el reflejo de su afición en su trabajo, un trabajo que sea televisivo, musical, lúdico o relacionado con los videojuegos, es mostrado masivamente al mundo, normalizándolo.
En esta normalización, pese a quien le pese, Dungeons & Dragons ha tenido un papel, importante. La importancia del juego y las posibilidades de la empresa que posee sus derechos ha hecho posible que D&D sea una marca conocida mundialmente por sus películas, su serie, sus juegos, sus videojuegos, sus juegos de mesa… y eso ayuda a dar a conocer la afición.
Los padres del primer juego publicado murieron ya hace algunos años, y otros padres de juegos que siguieron al primero también nos han dejado. Entre aquellos autores cuyos trabajos más admiro se encuentra Greg Stafford, el «gran chaman», autor de Pendragon entre otros juegos y creador de Glorantha; y de quien se dice que cualquier mecánica nueva ya fue inventada por él anteriormente.
Muchos otros, como Fred Hicks, Meguey Baker o John Wick, han recogido su legado y han continuado sus trabajos, haciendo evolucionar esta afición de forma que en ocasiones no parece que se juegue de la misma manera hace cincuenta años que en la actualidad.
Lejos de afirmar que es evidente que no se juega de la misma manera, me pregunto si alguna vez se jugó igual a rol en las diferentes partes del mundo en las que se practica esta afición.
Es evidente que los juegos de rol y las formas de jugar a rol han evolucionado, multiplicándose las maneras, estilos, sistemas, etc. que podemos utilizar a día de hoy. Teniendo esto en cuenta, pero sin ser algo necesario para mi argumento, ya de joven tuve la sensación de que mi forma de jugar, mi estilo de dirección, las reglas que me gustaban, las aventuras contadas, la manera de resolver los desafíos o el tipo de diversión que encontramos en la sesión de juego era diferente a otras personas.
Y aunque esto parezca evidente a día de hoy, en aquella época no lo era. Para mucha gente jugar a rol era simplemente jugar a rol y supuestamente sólo había una manera de hacerlo. Si esto ocurría en una única ciudad, imaginad cuando la distancia entre jugadores tiene el tamaño de un océano. Y eso influye en muchas cosas, en el estilo de juego, en la experiencia vivida, en el diseño de las aventuras, ese gran olvidado de la afición…
Y a pesar de eso, cualquier persona podría, si es capaz de entenderse hablando, sentarse en una mesa con personas de cualquier lugar del mundo, y ponerse a jugar con unas reglas en común y un grupo de gente que simplemente quiera jugar a rol.
El rol es una afición especial porque es nuestra afición. No es mejor ni peor que otras aficiones. Es la que practicamos, con sus virtudes y sus defectos. Simplemente es la que más nos llena, con la que más nos divertimos o quizás, es la única que podamos practicar.
Una afición siempre etiquetada de barata ya que con un único manual podemos pasar cientos de horas jugando, pero que sin embargo, puede resultar muy cara si nos dejamos arrastrar por el afán capitalista fomentado por las técnicas empresariales de las editoriales, por las ansias de querer completar todas las líneas que nos gustan, o por el F.O.M.O.
No llevo jugando cincuenta años a esta afición y el primer juego de rol al que jugué no fue Dungeons & Dragons. Pero en torno a esta afición, en muchos sentidos, ha girado mi vida. La cantidad de amigos, conocidos, viajes, eventos, lugares, momentos, historias, experiencias, palabras, etc. que he podido vivir son incontables.
Muchas personas coincidirán en estas experiencias y otras dirán que tengo un problema si mi vida se reduce a esta afición, cosa que no he dicho. Lo que si es cierto es que son muchos años jugando a rol y al final resulta un viaje con muchas experiencias, que como todo que se hace, resultan enriquecedoras según qué cosas y con quien las hayamos hecho. Siendo esto último, la compañía de juego, un factor sumamente importante en el juego.
Hay quien dirá que cincuenta años son muchos, pero pueden no parecerlo si tenemos en cuenta que tras tanto tiempo aún se debate en la manera de definir, que no explicar, que es un juego de rol. Cuando no hay un criterio común en definir aspectos importantes de la nomenclatura y mucha gente se enfrasca en acalorados debates por las etiquetas y no por el contenido.
Hay quien dirá que cincuenta años son muchos, pero todavía hay quien no diferencia entre juego de rol y Dungeons & Dragons, aunque este fuera el primero de su género. Porque no todo rol es D&D, ni siempre se utiliza dados, y a día de hoy ni siquiera es necesario hablar para jugar a rol. Porque jugar a rol lo hacen los quienes juegan a rol, no un juego, ni un sistema, sino que es aquello que hacemos.
Puede que cincuenta años de Dungeons & Dragons y de juegos de rol sean muchos o pocos, pero esta afición no es grande por el tiempo que se publicó su primer juego de rol, aunque marque una fecha y un hito en la historia. Esta afición es grande por quienes la practican, por su creatividad y por sus posibilidades.
Porque a pesar de las discusiones, a pesar de la guerrita de sistemas, de que si D&D es rol o no, a pesar de los líos con la OGL, o de que si la tortilla de patata lleva dados o no, los juegos de rol son jugados por cientos de miles de personas en todo el mundo. Personas que aman a esta afición y que crean contenido, se ayudan entre si, comparten sus trabajos y han creado no una sino muchas comunidades en las que jugar, debatir y fomentar los juegos de rol.
Desde este pequeño rincón, felicidades en este cincuenta cumpleaños de los juegos de rol a toda esa gente que forma parte de nuestra afición y que la hace grande; leyendo, jugando, creando o simplemente estando ahí.