Los Pilares de la Tierra es uno de esos juegos que no pasan de moda, o nos vuelven a la mente (y a la mesa), debido a la aparición de nuevos juegos que absorben mecánicas, ideas y temas de otros juegos. Echando la vista atrás pero no mucho, nos encontramos con algunos juegos como estos.
Juegos basados en películas (Legendary Alien), en series (Buffy el Juego, bueno vale otro, Catan Juego de Tronos XD), juegos basados en deportes (Formula D), pero juegos basados en libros no hay gran cantidad y eso que es una fuente muy fructífera de temas, y se puede ver en el actual Miguel Strogof o en el Robinson Crusoe entre otros. Dos juegos que han sabido exprimir las historias presentes en las paginas que forman los libros de los que beben sus nombres. Puede parecer complicado sacar un juego de la historia que nos presenta el libro de Los Pilares de la Tierra de Ken Follett pero con mayor o menor acierto, sus autores realizaron un juego en el que se plasma en vaivén de la construcción de la catedral de Kingsbridge.
Los Pilares de la Tierra inicia una trilogía basada en las novelas de Ken Follet
Los Pilares de la Tierra es un juego de Michael Rieneck y Stefan Stadler, editado por Kosmos y en español por Devir, se ha basado en la novela de Ken Follett, poniendo a los jugadores en la piel de maestros constructores para construir las diferentes etapas de la catedral de Kingsbridge ayudado por los distintos gremios de trabajadores.
Como maestros constructores, lo que menos tendrán que hacer los jugadores es ponerse a levantar piedras y a amasar argamasa. Por el contrario, deberán gestionar prácticamente todo desde gestionar cuantos trabajadores envían a la cantera a recoger piedra, hasta ir a pedir el favor del rey para evitar pagar impuestos.
Tratándose de un juego de colocación de trabajadores, cada jugador posee una cuadrilla de “empleados” (a los que no les pagamos absolutamente nada), para realizar ciertos trabajos de recolección de recursos. El juego se desarrollará a lo largo de 6 rondas, cada una de las cuales tendrá una serie de fases.
Una primera fase consistirá en ir sacando al azar los peones de los maestros constructores de cada jugador al azar de uno en uno y en principio ese será el orden en el que los jugadores podrán colocarse, en una siguiente fase, para realizar las acciones en el tablero. El azar está controlado en tanto que, cuanto más pronto salgan los peones de cada jugador, más oro tendrá que pagar para poder quedarse con esa posición de colocación.
Las acciones posibles se van resolviendo por orden una vez que ya todos los jugadores hayan seleccionado las que hacer, como puede ser contratar trabajadores temporales, solicitar el favor el obispo o del mismísimo rey para evitar pagar impuestos entre otras diversas acciones, contratar nuevos trabajadores temporales o comerciar en el mercado.
Finalmente, y apoyándose en los maestros especializados que tengan los jugadores (albañiles, picapedreros, alfareros, mezcladores de argamasa, etc.), podrán transformar los materiales por puntos de victoria, y el que más tenga será el ganador. El avance en la construcción de la catedral se representa mediante una serie de piezas de madera que se colocan para formar la catedral, las cuales marcan el final de la ronda y la terminación de la figura, marcará la finalización de la partida.
Un eurogame con aroma a clásico
Los Pilares de la Tierra no destaca por su tema, se pueden reconocer los hechos relatados en el libro de Ken Follet a través de los eventos que van saliendo y de las localizaciones que se plasman en forma de acciones. Se ha tratado de hilar todo a la perfección los hechos relatados con las mecánicas que se implementan para que, a la hora de jugarlo, todos se queden con la sensación de meterse en la historia, aunque hay que decir que en gran medida no se consigue.
Aun así, se trata de un euro de los que desprenden el aroma a clásico y gusta tanto por su sencillez como por las posibilidades que se desarrollan para alcanzar la victoria.
Hay que dar a conocer que existe una expansión, que incluye una ampliación de tablero con nuevas e interesantes acciones y mejoras de las existentes, y la inclusión de lo necesario para un quinto y sexto jugador. Además, incluye mecánicas para no perjudicar tanto, si tardan en salir peones de maestros constructores de algún jugador. Sin duda se trata de una expansión importante si se quiere tener un juego redondo en todos sus puntos. Incluso agradeciendo poder jugarse a 5 jugadores, que puede ser su número ideal.
Lo sacamos del baúl por el nuevo juego de esta serie: Una columna de fuego, juego del que ya hablamos en esta reseña.