Hoy vamos a hablar de Karak, un juego que en 2022 trajo la editorial 2 Tomatoes, para el público familiar y que a los roleros nos abre el camino para mazmorrear con los peques.
Karak ¡Abrid la puerta de la mazmorra!
Ficha
Karak
- Editorial: 2 Tomatoes
- Diseñador: Petr Mikša
- de 2 a 5 jugadores
- A partir de 7 años
- 45 minutos
¿De qué va?
Las catacumbas secretas del castillo de Karak llevan mucho tiempo sin ser visitadas y es que no se han encontrado valientes aventureras y aventureros que estuvieran dispuestos a recorrer el laberinto de pasillos y salas para llevarse el tesoro y la gloria.
En Karak, cada jugadora y jugador encarna a uno de los seis personajes disponibles al más puro estilo de cualquier juego de rol de fantasía: un guerrero, una ladrona, un mago, un brujo, un espadachín y una vidente.
Cada uno de ellos, con sus habilidades particulares que le hacen especial.
¡Pero ojo! Un malvado dragón y su ejército de esqueletos, momias, ratas y espectros no nos lo van a poner fácil y ese va a ser nuestro objetivo: derrotar a las huestes escondidas y al dragón y hacerse con el mayor botín posible, por que sí, este es un juego en el que solo hay un ganador y es el que tiene más puntos por tesoro recogido.
Mecánicas
El setup es muy sencillo: se coloca una loseta inicial en la mesa, se barajan el resto de las losetas boca abajo, cada jugador y jugadora recoge un tablero de inventario, uno de los personajes, coloca su peón en la ficha inicial y añade los puntos de vida al tablero.
A partir de ahí, cada jugador y jugadora, puede moverse hasta 4 veces, teniendo en cuenta que debe descubrir una nueva loseta y formando esa catacumba, siempre teniendo en cuenta que l loseta actual y la que se añade deben poder conectarse entre ellas, es decir, que no puede haber una pared que las separe en ese momento (luego, a efectos de colocación de otras puede suceder que existan puntos sin salida).
Las losetas de pasillo nos permiten avanzar sin más, mientras que las losetas que conforman una estancia nos llevan a sacar una ficha de la bolsa, las cuales nos presentan a los enemigos a derrotar o los ansiados tesoros.
En el caso de sacar una ficha de tesoro, podremos adquirirlo siempre que tengamos una llave (que nos la proporcionan los enemigos derrotados), la cual descartaremos, obtendremos el tesoro y finalizaremos nuestro turno, aunque sea la primera acción que realicemos.
Si, sencillamente, no disponemos de llave para abrir ese tesoro, podremos continuar nuestros movimientos hasta un máximo de 4.
Si, por el contrario, sacamos una ficha de monstruo, estamos obligados a combatir, teniendo que superar con una tirada de dados (más los posibles bonificadores por armas o conjuros) el valor que se indica en la ficha.
Si el resultado es mayor, habremos derrotado al enemigo, daremos la vuelta a la ficha y descubriremos lo que nos ofrece a cambio (más adelante os cuento), pudiendo recogerlo y añadirlo a nuestro inventario si disponemos de espacio suficiente o, pudiendo intercambiarlo por algo que ya tuviéramos. En ese momento nuestro turno termina, aunque tuviéramos más acciones pendientes.
Si el resultado es un empate, el turno termina sin consecuencias para ninguno de los dos bandos.
Por el contrario, si el resultado es inferior, recibiremos una herida y se terminará nuestro turno.
Es importante resaltar que en Karak, los monstruos y enemigos no tienen turno ni pelean, por lo que se quedaran estáticos a la espera de que un aventurero o aventurera decida derrotarlos.
El “loot” que podemos recibir son armas que nos proporcionan bonificadores, pergaminos de curación y pergaminos de misil mágico. No me digáis que nos son cosas mazmorreras al 100%.
Excepto las armas, el resto son de un solo uso (salvo habilidades especiales de algún personaje), por lo que es importante utilizarlos adecuadamente.
Finalmente, si pasamos por una zona ya descubierta anteriormente, podremos recoger el “loot” que haya dejado otro jugador o jugadora, derrotar a un enemigo que estuviera esperándonos o dirigirnos hacia el punto de interés que queramos.
Existen dos losetas especiales, unas que contiene un portal que conecta con otra loseta en otra ubicación y las que llevan la marca de fuente de vida que nos permiten recuperarnos gastando nuestro turno en la loseta.
¿Y que pasa si se nos terminan los puntos de vida? Pues que caemos inconsciente. No es un juego en el que la muerte deba estar presente por lo que caeremos al suelo, en el siguiente turno nos recuperaremos un punto, pero no podremos hacer nada más y tendremos que decidir a posteriori si arriesgarnos o buscar una fuente de vida.
Finalmente, debemos tener presente la Maldición de Karak. Esta aparece en el momento que se derrota a una momia y la recibe un jugador a jugadora, a decisión de quien ha derrotado la momia, recibiendo la ficha e inhibiendo las habilidades especiales que tiene el personaje, hasta el momento que se derrota a otra momia o se utiliza un pergamino de curación o en la loseta de fuente de vida.
Escalabilidad
Después de varias partidas, he podido jugar a 2, 3 y cuatro jugadores, siendo a partir de 3 el más adecuado. El juego fluye muy ágil, el reparto de loot es más rápido y, por lo tanto, la posibilidad de prepararse para derrotar al dragón se reparte más y te obliga a pensar en que es una buena idea recoger tesoro.
A 2 se hace algo pesado (sobre todo para los peques) y fluye algo más lento.
Rejugabilidad
Es un juego que tiene una rejugabilidad muy alta. Aunque en todo momento el objetivo es el mismo y no tiene más trasfondo, las losetas le dan la aleatoriedad necesaria que, sumado a ir probando personajes diferentes, puedas echar partidas y partidas.
Estética y componentes
El material del juego es de buena calidad.
Las losetas, fichas y tableros son de un cartón de buena densidad, haciéndolas manejables y duraderas para las manos de los goblins.
Los dados de madera son un acierto, los peones tiene una peana de plástico que los aguanta bien y la bolsa para las fichas es muy resistente.
Todo correctamente metido en una caja de tamaño medio con una ilustración muy divertida y que te resume el juego a la perfección.
Lo que si que me he encontrado es que, en el destroquelado de fichas y losetas, alguna tenía mal el pre-corte y he tenido que vigilar mucho y tirar de un poco de tijera para no cargarme la parte ilustrada.
Conclusiones
Unos compañeros de clase me comentaron que lo habían probado y me llamó mucho la atención el parecido con el dungeneo que yo practico en mis partidas de rol, pudiendo confirmar que tiene esa base y es un perfecto punto de inicio para los peques.
Las mecánicas son muy sencillas y lo pillan a la primera, y solo hay que ayudarles un poco con la estrategia y recordarles que no gana quien derrota al dragón.
Tengo ganas de que lleguen las expansiones para ver que le aportan, pero ya os digo que con el base no paras de darle partidas, es lo que más he jugado en los últimos días y es que cuando se termina una no se recoge el juego, si no que nos piden otra más.
Valoración Subjetiva
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