Hoy estrena su casillero de reseñas Dani “El Furna” y no ha podido elegir mejor lugar por el que empezar, Nos aventuramos en el mundo Fanhunter de Cels Piñol y Chema Pamundi.
Fanhunter ¿Cómo describirlo?
“Alejo I, un ex librero demente poseído por el espíritu de Philip K. Dick ha impuesto una dictadura criminal ante cualquier manifestación de subcultura tales como los cómics, videojuegos, sitcoms, wargames, el rocanrol y otros.
Su ejército de macutes (clones obsesionados con Tintín) intenta hacer frente a la Resistencia, el grupo “organizado” de otakus, roleros, cinéfilos, cosplayers y demás frikis que no aceptan las nuevas ordenanzas.”
¿Entendéis ahora lo de “epicodecadente”? ¿No? Pues en 1992, cuando se autoeditó la primera edición de 500 ejemplares a modo de fanzine, tampoco. Pese a que sus creadores (ves a los “Créditos” si no los conoces) lo veían cristalino.
Y la cosa no mejoró en 1993 cuando Farsa’s Wagon (los mismos que antes y que se indican en los créditos, pero con un nombre editorial para darle más caché) sacaron una segunda edición rústica de este juego.
Pues a ver si con esta tercera edición la cosa se entiende…
Créditos
Los ideadores principales de esta edición de Fanhunter no son otros que los mismos que la primera y la segunda, pero más mayores y con no mejores ideas que entonces (¿o sí?).
Estos no son otros que Chema Pamundi y Cels Piñol, siendo este último el creador del mundo de Fanhunter y esos personajes narizones de los cómics.
Ellos mismos han participado en el aspecto visual, ofreciendo dibujos para el contenido y ayudados por unos artistas complementarios de la talla de DAVID BALDEÓN (dibujante para Marvel Cómics), David Esbrí, Álex Santaló (ilustrador y autor de cómics) y Sergi Vidal – Barbarroc (también ilustrador y escultor), con la labor excelente de ponerle color por parte de RUT SERRANO, habitual de las publicaciones de Fanhunter.
Esta edición ha sido publicada por Devir, bajo la atenta supervisión de David Esbrí y Xavi Garriga, con la maquetación espectacular de Bascu y revisión milimétrica de Álvaro Loman.
Nos encontramos con un libro de tamaño a caballo entre un A5 y un A4, de tapa dura, con 240 páginas a color de papel de buen gramaje, a prueba de aperturas enérgicas. Vamos, una muy buena edición.
Disponemos de una disposición de capítulos bien definida para poder crear los NJ, entender las reglas, el background y personajes importantes del mundo de Fanhunter y dos aventuras preparadas para jugar.
Si bien es cierto que la estructura y contenido es correcto, los apéndices a continuación del mismo capítulo me descolocan un poco y creo que existe un excesivo uso de lenguaje desenfadado que a algún lector puede incomodar.
El Mundo Fanhunter
En una España distópica y alternativa es donde el Papa Alejo I instaura su persecución a cualquier forma de vicio y subcultura, buscando capturar todo fan de cualquier tipo de afición y sumir a la población en un estado de apatía total.
Las tropas papales, formadas por Fanhunters y los clones Tintín macutes, operan desde las torres Cafre en Barnacity, cercanas a la Antizona (una desintegradora zona al lado del puerto), pero si es necesario persiguen a la Resistencia hasta la llamada “Zona libre” de Madrid o la letal Zaragotham.
Los personajes de este mundo son parodias de personajes originales de cómics (Daredevil o John Constantine entre otros) o incluso de personajes reales (como el mismo Cels Piñol o Alejo Cuervo), todos ellos con la característica de disponer una prominente nariz y de ahí que se les denomine “narizones”, lo que no tiene nada que ver con la habilidad artística de su creador.
La Pichurrina es la energía cósmica existente en este mundo y que permite a ciertos personajes misteriosos llamados Fanknights usarla para mantener el equilibrio entre el orden y el caos, orquestado por el Reverso Oscuro y casi consiguiéndolo en “La primera Cruzada Antifán” (momento previo a que Alejo I se autoproclamara Papa).
Como veis, un mundo lleno de hilarantes posibilidades de juego.
Las Reglas
La creación de NJ (Narizones Jugadores, también conocidos como PJ) es muy ágil mediante el uso de “Arquetipos” que permiten acotar las habilidades y atributos necesarios para tener ese NJ que deseas (o algo aproximado).
Un elemento importante en la creación de los NJ son las COÑAS y TARAS. Unas características especiales que dan unos detalles característicos muy interesantes a la hora de jugar los NJ. Normalmente se parte de una coña, pero a partir de la segunda que se quiera adquirir, se debe compensar con una tara buscando ese equilibrio cómico.
En cuanto a la realización de acciones y combate, el sistema usa uno de los mejores inventos que he visto jamás: los dados de seis caras para realizar los chequeos y superar un valor de dificultad definido por el animador (aquí, en Fanhunter, a los Directores de Juego se les llama Animador) y, ojo al dato, los resultados de 6 permiten sumarse y volver a tirar el dado…
Se disponen de unas cuantas reglas adicionales para darle vidilla al asunto y, como no, los críticos y pifias que, en este caso van en proporción al nivel de dificultad y no a un valor fijo.
En definitiva, un sistema sencillo y ágil para jugar a Fanhunter, teniendo en cuenta que está muy enfocado a partidas de tipo one-shot y no campañas (pese a que hay un sistema de pequéis disponible).
Conclusiones
¿Fanhunter es el juego de rol que te permitirá exprimir tus innatas habilidades para llevar a tu personaje a niveles estratosféricos y gestar una leyenda?
Pues no.
Fanhunter no va de esto. Es un juego que busca proporcionar partidas con un tono desenfadado, haciendo coñas con la mesa y darse unas buenas risas.
Con esa premisa, podemos decir que tenemos un juego con unas reglas sencillas y adecuadas para el tipo de juego que es, dispone de la información necesaria para poder desarrollar tus propias aventuras y, además, te deja la puerta abierta a aplicar reglas caseras sin que se resienta la jugabilidad y la diversión.
La modificación o supresión de algunas reglas de anteriores ediciones, la buena maquetación y un precio contenido, hacen que sea un juego atractivo para tener en la estantería y sacarlo cuando no tengamos ganas de exprimirnos el cerebro en aventuras complejas.
Valoración Subjetiva
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