En Hamlet nos encargaremos de la construcción de una villa en la que los jugadores compartirán el uso de edificios y recursos, un interesante concepto que veremos como se desarrolla en partida.
Hamlet… y si construimos entre todos una villa
Ficha
Hamlet
- Diseño David Chircop
- Ilustración Yusuf Artun
- Mighty Boards
- 1-4 Jugadores
- 60-90 Minutos
- +10 años
¿De qué va?
Antes de empezar la explicación hay que entender que en Hamlet los jugadores no acumulan recursos, estos siempre están presentes en el tablero y cualquier jugador podrá usarlos siempre y cuando pueda transportarlos.
Por otro lado, el uso de los edificios que construimos también será de uso común, lo que hará que las posibilidades en la partida crezcan muy rápidamente.
Hamlet se juega a lo largo de un número de turnos indeterminado que se sucederán hasta que se complete la construcción de la Iglesia central, momento en que se terminara La Ronda en curso y se acabará la partida.
En su turno, el jugador activo podrá utilizar todos sus trabajadores y burros activos, al principio de la partida contaremos con uno de cada pero durante la misma podremos contratar más.
Cada vez que activemos un trabajador podremos moverlo por el tablero todo lo que queramos siempre y cuando podamos ir por caminos, la idea es movernos hasta el edificio que queramos activar para hacer su acción.
En cambio los burros solo podrán moverse a una loseta adyacente.
El tratamiento de los recursos es importante porque en este juego podremos utilizar los recursos de las losetas que estén adyacentes al trabajador que hemos activado. Si queremos utilizar recursos que estén a más distancia tendremos que usar burros para ello.
Las acciones disponibles en Hamlet son bastante sencillas, en ellas podremos:
- Comprar edificios del mercado.
- Construir edificios siguiendo las reglas de recursos.
- Activar un edificio de producción.
- Construir la iglesia.
- Contratar nuevos trabajadores y/o burros.
- Acciones de mercado.
A nivel de puntuación obtendremos puntos por la construcción de edificios, por la producción de recursos, por aportar a la construcción de la catedral y por una serie de objetivos que premiarán al primer jugador que logre ciertos elementos y también habrá objetivos de final de partida.
Escalabilidad
En Hamlet hay que tener en cuenta ciertas cosas más visuales que de mecánica en cuanto a la escalabilidad. Al tener todos los elementos sobre el tablero se hace más costoso ver la situación de lo que pasa en la partida cuantos más jugadores haya en ella.
Imaginaros un tablero modular no especialmente grande en el que tenemos los trabajadores de todos los jugadores, los burros, los recursos en los edificios pertinentes y la construcción De la Iglesia, un pifostio importante que se hace incomodo a la hora de jugar si somos más jugadores.
En cuanto a lo meramente mecánico del juego, hay que pensar que cada jugador activará todos sus trabajadores y burros en su turno, al principio de la partida esto no afecta mucho pero conforme avanza los turnos se alargan y el entreturno se resiente.
Número óptimo 2 o 3 jugadores como mucho.
Estética y componentes
Juego de estética familiar y casi que de dibujos animados que puesto en mesa luce bastante. Hay temas como la iglesia que se podrían haber resuelto mejor y es que es bastante incómoda puesta en mesa tanto si tienes el edificio 3D como si tienes las losetas que se ven muy poco.
Lo más discutible del juego es la forma de las losetas que están hechas conscientemente con formas distintas y difícilmente encajables buscando complicar al jugador el encontrar el sitio donde ponerla.
A lo largo de las partidas no he notado que estas formas afecten mucho y realmente son pocas las veces que te ves muy limitado en la colocación.
Conclusiones
Hamlet se presentó durante la feria de Essen 2022 como el gran favorito en la hotness de la bgg, una responsabilidad que ya os adelanto que no cumple y que no es un juego que se mantenga como un top del año.
Hamlet tiene cosas muy interesantes que convierten un juego muy ligero. Y familiar en algo con un toque más de profundidad y con una cosa muy interesante y es que, el juego obliga a que estés pendiente todos los turnos de lo. que hacen los demás.
Esa gestión de los recursos compartidos y la construcción de edificios que pueden usar todos los jugadores marca mucho el timing de la partida con un cruce de turnos en el que hay que aprovechar mucho más la oportunidad del momento, más que marcar una estrategia que la mayoría de las veces se te irá al traste.
Hamlet tiene cosas interesantes pero también tiene problemas importantes, el más evidente es el que viene precedido por cómo se desata el final de partida. Si haces un juego en el que una acción del juego determina el final de partida y esta acción aunque de una buena cantidad de puntos exige tanto, tienes un problema de que la partida se alargue.
El problema viene porque cada una de las fases de la Iglesia, exige una buena cantidad de recursos y teniendo en cuenta que debes hacer la acción con lo que hay en el tablero, pues imaginaros lo difícil que se hace que se dé la oportunidad de construir una parte de la catedral.
El efecto de todo esto es que la partida acaba tortugueando siempre eternizándose sin ningún sentido aparente.
Hamlet es una propuesta interesante pero que se queda a medio camino, piensas en él como un juego familiar en el que esa gestión de recursos común hace que tengas que pensar más en aprovechar las oportunidades que en una gestión a largo plazo. El problema es que ese mismo sistema hace que para poder acceder a los recursos deberemos gestionar bien una línea de transportes, algo de una profundidad media pero que se aleja de su público objetivo.
Además, hay algunos elementos que no terminan de estar bien rematados, como el final de partida.
Valoración Subjetiva
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