El Misterio de la Abadía, reseña by Toni

El hermano Adelmo ha aparecido sin vida en el monasterio. ¿Quién asesinó al hermano Adelmo?

Con esta pregunta damos por iniciada la partida a este juego de Maldito Games en el que tendremos que descubir lo sucedido.

Toni, nos cuenta que le ha parecido este juego de investigación y deducción.

El Misterio de la Abadía, una nueva vida

Ficha Técnica

El misterio de la abadía

Editorial: Maldito Games
Diseñador: Bruno Faidutti, Serge Laget
Ilustraciones: Naïade
Jugadores: de 3 a 6
Duración: 60-90 minutos

¿De qué va?

Estamos en una pacífica y tranquila abadía medieval francesa, somos viajeros que hemos llegado para hacer un alto en el camino y descansar, pero la serenidad reinante se ha roto esta mañana. El cuerpo sin vida del hermano Adelmo ha sido hallado al pie del barranco, algo huele mal y el abad nos ha pedido que investiguemos para intentar esclarecer lo sucedido.

Bruno Faidutti y Serge Laget son diseñadores con grandes éxitos en los 90′ y los 00′, juegos como Ciudadelas y Ad Astra, en el caso de Faidutti y Sombras sobre Camelot y Senji en el de Laget adornan sus curriculums. El Misterio de la Abadía es un juego de investigación y deducción al más puro estilo del conocido Cluedo, la primera edición salió en 1995 de la mano de la ya desaparecida editorial francesa MultiSim, en 2003 lo editó en español Days of Wonder y en 2024 vuelve a traerlo en nuestro idioma Maldito Games.

¿Podremos esclarecer el misterio y encontrar al asesino?

¿Cómo se juega?

El tablero de juego representa la abadía y vemos las distintas estancias que la componen, tanto las comunes como la iglesia y la biblioteca como las privadas como las celdas de los monjes o los confesionarios. De 3 a 6 jugadores intentaremos descubrir al asesino según las pistas que vayamos encontrando en las cartas.

Tenemos 24 cartas de sospechoso representando a los 24 monjes que residen en la abadía es este momento y al preparar la partida robaremos una al azar y la guardaremos oculta boca abajo debajo del tablero, este monje será el asesino. Después repartimos una cantidad variable de cartas (dependiendo del número de jugadores) formando un mazo de sospechosos con el resto, cada jugador recibe una figura de monje para marcar su posición dentro de la abadía y una hoja del bloc de sospechosos en la que marcar sus investigaciones, así como una pantalla para mantener oculta esta hoja. Ya podemos empezar a jugar. Cada monje tiene 5 características, la orden a la que pertenece, el título o rango que tiene dentro de la orden, si tiene o no vello facial, si va con capucha y su complexión, y cada combinación de estas es única por lo que define sin lugar a dudas a un monje. Nuestras pistas iniciales sólo son las cartas que hemos recibido y tendremos que movernos por la abadía investigando según lo que nos permita averiguar cada una de las estancias para encontrar la combinación que descubra al asesino.

En su turno cada jugador mueve su monje, resuelve un encuentro si al mover se encuentra con otro y finalmente hace la acción de la estancia en la que se encuentra.

Cuando te encuentras con otro monje en alguna habitación de la abadía puedes hacerle una pregunta que estará obligado a responder con sinceridad pero sin dar el nombre de un sospechoso, por ejemplo, ¿Cuantos franciscanos tienes en tu mano? o ¿Vas a la biblioteca?, después de contestar también podrá hacerte una pregunta que tendrás que contestar. El jugador que recibe la pregunta también puede hacer voto de silencio y no contestar, pero entonces tampoco podrá preguntarte.

Estas son las distintas estancias y lo que puedes hacer en ellas:

Capilla: aquí empiezan la partida y aquí vuelven los monjes cada cuatro rondas.
Confesionario: le puedes robar una carta de la mano al último monje que estuvo en este confesionario antes que tú, hay dos.
Celda: si entras en la celda de otro monje puedes robarle una carta, pero si el dueño te pilla tendrás que volver a la capilla y hacer penitencia.
Scriptorum: entrando aquí podrás robar una carta del mazo Scriptorum, son cartas con acciones que te ayudarán en tu investigación. Puedes usarla o guardarla para más tarde.
Biblioteca: sólo puedes entrar aquí si eres el jugador con menos cartas de sospechoso en la mano, y además sólo una vez por partida. Robas una carta de biblioteca y la resuelves inmediatamente.
Locutorio: si quedan cartas de sospechoso en el mazo puedes robar una, si no, puedes pedir a un jugador que te enseñe una carta de su mano especificando una o dos características.
La sala capitular: aquí puedes hacer una Revelación (“El culpable tiene barba”) o una Acusación diciendo públicamente el nombre del sospechoso, sólo se puede acusar si no quedan cartas de sospechoso en el mazo. La partida termina si ningún jugador tiene la carta del acusado en la mano, has encontrado al asesino.
El patio y el claustro no tienen efecto en el juego.

¿Cómo se gana la partida? ¿Encontrando al asesino? No siempre, ganará el monje que obtenga más puntos de victoria según esta tabla:

Cada revelación correcta: +2 PV
Cada revelación errónea: -1 PV
Cada acusación falsa: -2 PV
Descubrir al culpable: +4 PV

Suerte a todos.

Estética y componentes

Las ilustraciones de la caja y el libro de reglas son correctas, los monjes de las cartas de sospechoso podrían ser personajes de cualquier serie medial de dibujos animados. Las figuras de monje están bien hechas, aunque algo inestables, el tablero representa bien la abadía y sus estancias. Sin destacar demasiado todos los componentes cumplen su función de sobra, cartas, libro de reglas y bloc de sospechosos están bien. Tal vez las pantallas sean algo pequeñas para el tamaño de las hojas que queremos tapar, pero no pasa nada, pueden doblarse.

Conclusiones

El Misterio de la Abadía es un juego que se queda corto, no es malo, no está mal, pero hoy en día eso no es suficiente. Jugadores casuales pueden pasar un rato divertido investigando el asesinato, sobretodo con 4 jugadores o más, pero sin ir más allá. Está bien la vuelta de tuerca al clásico Cluedo, está bien el cambio de tema, pero no presenta suficientes argumentos para ponerlo por delante del original. Tiene dos virtudes, es muy sencillo de explicar y admite hasta 6 jugadores sin ser un party. Definitivamente no es el juego que yo elegiría, pero tal vez en una sobremesa improvisada con jugadores poco acostumbrados a los juegos de mesa modernos podría ver mesa.

Desde que Colonos de Catan y ¡Aventureros al tren! llegaron a nuestras mesas, está bastante caro destacar en el segmento de los juegos familiares, y el que nos ocupa no lo hace. Estamos ante un juego sencillo, que cumple más o menos lo que promete y que puede gustar a los amantes de los juegos de deducción, pero no entusiasmará a nadie y que deja en manos de los jugadores y su interacción en preguntas y respuestas gran parte de la diversión. No creo que moleste en ninguna colección pero en realidad no se me ocurre ninguna razón poderosa para que forme parte de la mía. Probadlo y ya me contaréis.