Ya sabéis que tras las paredes de este Club somos poco dados a participar activamente en polémicas que vayan más allá de disfrutar de la afición en la compañía de todo aquel que quiera echar una partida con nosotros.
El hobby de los juegos de mesa es un universo increíble donde la parte social es su mayor atractivo y es este el que debería indicarnos muchas veces el camino a seguir.
Hoy yo, David, quiero dar mi opinión personal al respecto de lo sucedido ayer y aunque pone mi firma en la parte baja del articulo, quiero que quede claro quien escribe estas líneas, las cuales pueden estar en sintonía o no con el resto de mis compañeros.
Dicho esto, vamos allá.
Si aún no te has enterado, durante el día de ayer surgió una polémica a raíz de las declaraciones del director editorial de Masqueoca en las que indicaba que uno de sus próximos lanzamientos, Stationfall, eliminaría el uso de los pronombres en la traducción del juego.
Si todavía no tienes claro por dónde van los tiros, Stationfall incluye entre su contenido un dossier de personajes: sus rasgos, características y un largo etc. donde también se incluye el uso de los pronombres para referirse al personaje que creamos, con esto el jugador puede identificar a su personaje con un género, ambos o ninguno dando libertad para la creación.
Esta opción no estará disponible en la edición en castellano por decisión editorial, creando la polémica en cuestión.
El que escribe estas líneas antes de dar su opinión debe pedir perdón casi cada vez que escribe, intento familiarizarme con la manera de escribir en la que intentar aportar mi granito de arena y por la cual si consigo que alguien que lea lo que aquí escribimos sea un poco más feliz, ya habré hecho algo bueno.
En una conversación con Cati “Play Like a Pank” me decía que intentarlo cada día ya es algo positivo para aquella persona que en algún momento de su vida ha tenido una mala experiencia debido a este tipo de cosas.
Creedme si os digo que cada vez que escribo intento hacerlo desde el respeto, pensando que si alguien es feliz o simplemente se entretiene leyéndonos, ya habremos conseguido nuestro objetivo.
Creo firmemente que el uso de las redes sociales es más un problema que una solución a muchos aspectos y que el nivel de agresividad que mostramos tras una pantalla viene dado muchas veces porque no tenemos delante a la persona con la que interactuamos.
Estoy completamente seguro que muy pocos repetirían ciertos textos en una conversación de viva voz y es por esto que al escribir estas líneas me gustaría expresarme como si tuviera a mi interlocutor delante.
“Hola, no soy nadie para meterme en una decisión editorial, cada empresa debe elegir su camino y será el mismo el que le llevará al éxito o al fracaso.
Sinceramente creo que cometes un error cambiando el diseño de un juego cuando sus creadores lo han hecho así, si esto es consensuado con sus creadores siempre tendrás razón, pero cada juego de mesa lleva personas detrás que han puesto su esfuerzo en hacer ese título y seguramente algunas de ellas lo sientan como algo propio, algo suyo. Respetar el proceso creativo de algo que defendemos como “cultura” es casi una de las piedras angulares para que esto funcione bien.
El juego de mesa es cultura, es una creación realizada entre un conjunto de personas que han puesto mucho de sí mismas para verse representadas en el.
Posiblemente cuando esas personas se sienten con sus amigos y les cuenten ¡Ese juego lo he creado yo! querrán verse representadas y orgullosas de su creación. No lo cambies, respetar la obra de quien la crea es respetar a esa o esas personas y dar valor a su creación.
Por otro lado, no voy a entrar en comentarios desafortunados de las redes sociales, pero si quiero decirte que los colectivos minoritarios son personas con nombres y apellidos, gente que en algunos casos o muchos ha tenido que vivir malas experiencias para llegar hasta el punto de sentirse felices, a veces incluso consigo mismas.
Detrás de un pronombre hay una persona, una historia, una vida. Detrás de ese pronombre está alguien con quien si te sientas te podrá contar experiencias que a lo mejor no son agradables pero con las que ha tenido que lidiar.
Ayudar con nuestro granito de arena a que otra persona pueda sentirse un poco más cómoda o feliz no es un deber, pero debería ser un propósito.
Si me permites un consejo, recomendación o como quieras llamarlo, la próxima vez que vayas a escribir sobre estos aspectos de la vida o que vayas a tomar una decisión que marcará la creación de un juego de mesa… cuando llegue ese momento, piensa en la persona y porque no, hazla feliz.
Los juegos de mesa son un hobby y para muchos, entre los que me incluyo, una pasión y gran parte de esa pasión viene porque esta querida afición nos permite compartir momentos con otras personas.
Ojala una decisión o unas palabras mías hagan que otra persona ria o sea feliz y si estoy allí para verlo, mejor. Mientras, deja la pantalla a un lado cuando el juego de mesa esté en tus pensamientos.
El juego de mesa es nuestro espacio seguro donde todas las personas son quien quieren ser.”