En la pasada Feria de Essen el gran éxito y Sold Out del juego El Otro Lado de la Colina de Carlos Márquez, editado por NAC Wargames se ha visto empañado por una agria polémica. La comunidad wargamera es relativamente pequeña y cualquier cosa corre como la pólvora a través de las redes sociales.
La editorial decidió hace unos meses regalar a los que habían apoyado la campaña por Kickstarter una reproducción de una Cruz de Hierro, la conocida medalla que concedía el ejército alemán, cambiaron la esvástica que decoraba el centro de la medalla por el logo de la editorial y añadieron el año 2024 para que sirviese como conmemoración de la fecha de salida del juego.
Los que compraron El Otro Lado de la Colina en Essen no recibieron ese detalle, pero sí los patrocinadores del juego que escogieron la opción de recogerlo allí, si además añadimos que la feria se celebra en Alemania… pues provocó cierta extrañeza y algo de revuelo en X, antes conocido como Twitter.
He de confesar que cuando me enteré de esto, puesto que se sabía hace tiempo aunque se haya materializado ahora, lo que pensé a bote pronto fue: “qué detalle más chulo”, y lo olvidé en seguida sin darle más importancia puesto que yo no era patrocinador de la campaña y tampoco considero los juegos como algo tan importante como para darle muchas vueltas. Pero estos días he leído muchas opiniones y muchos datos, y me ha dado tiempo de pensarlo mejor y de reflexionar un poco sobre este “detalle” y me he dado cuenta de que no es un gesto “chulo”, es un detalle horrendo.
Regalar un símbolo que glorifica un sistema como la Alemania nazi de Hitler con un regalo como ese dice muy poco (y nada bueno) de quien ha tomado esa decisión. Esa condecoración se entregaba por actos realizados para perpetuar el nazismo a soldados que defendían la esvástica y que obedecían ciegamente a Hitler, se entregaba principalmente a nazis puesto que los alemanes en esa época y por tanto los soldados eran mayoritariamente nazis.

He leído que la Cruz de Hierro existe mucho antes de que Hitler subiera al poder y que también se utilizó después, pero si la regalas en un juego sobre la Segunda Guerra Mundial en el que los jugadores asumen el rol de generales nazis y con la cinta con los colores nazis, lo que estás regalando es una medalla nazi, no una del siglo XIX, aunque quites la esvástica y le pongas el símbolo de la editorial.
Parece que NAC Wargames intentó tapar y cambiar un poco el significado de la medalla con este gesto, pero ¿sabes cómo lograr que nadie relacione una Cruz de Hierro con el régimen nazi que representa el juego? No regalándola con él.
Conozco a Carlos Márquez y estoy seguro de que no es nazi (además basta con ver detenidamente el juego y jugarlo para darse cuenta), conozco a Carlos Díaz de NAC Wargames y también estoy seguro de que no es nazi, tampoco sé la implicación que han tenido ambos en la elección del regalito.
Aunque en realidad no pasaría nada si lo fueran, todo el mundo tiene derecho a seguir la ideología que quiera, si bien es respetable la diversidad de opiniones, no todas lo son. Lo que estoy juzgando en estas líneas es la decisión de la editorial, ¿por qué deciden entregar ese objeto que encima no tiene ninguna función en el juego? Creo que les pasó lo que a mí en primera instancia, que no lo pensaron (o al menos eso es lo que creo y quiero creer, y en lo que estoy basando este artículo). Pero ellos sí tenían la obligación de pensarlo, de analizar un poco más las implicaciones de lo que estaban haciendo.
Además, y esto es una apreciación personal, no la he tocado y sólo he visto las fotos que se han publicado por ahí, y creo que es fea, le sienta fatal ese logo y el año 2024, a mí no me gustaría tenerla independientemente de lo que pueda significar. ¿Se habría podido regalar otra cosa?
Claro que sí, una cajita con medallas de varios de los bandos que participaron en la contienda, insignias de cuello u hombreras de general de la Wehrmacht, una reproducción del maletín con la bomba que Von Stauffenberg puso a los pies de Hitler en la Guarida del Lobo (ya que ese suceso también se contempla en el juego), un mapa de Europa con las principales operaciones militares de la guerra… y también se podría no haber regalado nada.
Un juego que ya viene con un título de un libro escrito a partir de entrevistas realizadas a generales alemanes después de la guerra que blanqueaba su función en la misma, ya que ahora la República Federal alemana era aliada de occidente y el enemigo era la Unión Soviética, debería haber tenido sido más cuidado.
No soy historiador, sólo un aficionado a la historia militar y tampoco he profundizado demasiado en ello, pero sí estoy al tanto de que esa imagen de una Wehrmacht blanca, en la que sólo había soldados que cumplían órdenes, que los malos sólo eran Hitler y las SS, ya se ha demostrado que fue una manipulación “necesaria” en la época, y no creo que ahora un producto cultural deba incidir en ella (el juego no lo hace, según cuentan los que lo han jugado, pero cosas como la dichosa medallita pueden hacer pensar que sí).
Aquello de “que se hable de ti aunque sea mal” lo han conseguido con creces puesto que este asunto ha sido la comidilla de las redes sociales estos días, y no sé si a la editorial le saldrán las cuentas, yo espero que esto sirva para que tengan más cuidado la próxima vez. También espero que no salpique al juego ni al autor puesto que no es eso lo que se está juzgando, como alguien más ha dicho, se puede hacer juegos de cualquier cosa siempre que se sea respetuoso al tratar algunas temas delicados.

Me ha parecido muy bueno para el hobby que se haya organizado un debate sobre el asunto, que conocidos gurús y opinadores del wargaming se hayan metido en él sin esconderse. Estamos viviendo una época dorada de los juegos de mesa y los wargames no son ajenos a ello, se está diseñando y publicando mucho y están acercándose al hobby nuevos jugadores, y detalles como este no ayudan a hacernos más atractivos a los jóvenes, que cada vez ven más lejana la época de Hitler pero que sí tienen ejemplos de extremismos muy vigentes en nuestros días.
Siempre puedes no comprar un juego, no leer un libro o no ir a ver un película, pero hay una responsabilidad en los autores y promotores de cualquier producto cultural y no deberían confundir al público en general, otra cosa es que se pretenda hacer propaganda de una ideología, pero creo que no es el caso.
Lo que sí tengo claro es que no me gustó el tufillo a caza de brujas que en algunos momentos vi en muchos comentarios, creo que está muy bien denunciar una cosa como esta, pero siempre dentro de unos límites y sin perder las formas.
Repito lo dicho más arriba, todo el mundo es libre de defender o atacar una posición y los debates casi siempre son positivos si se mantienen con educación. Otro de los efectos de este debate en redes ha sido atraer a lo mejorcito de cada casa, señores de NAC Wargames, si algunos de los personajes que han estado defendiendo lo de la medallita son los adalides de su editorial, yo me lo haría mirar, dime quién te apoya y te diré quién eres…
Bueno, no voy a divagar más ni a repetir otra vez lo mismo. Espero que la polémica no afecte al juego, y espero que ayude a que el mundo de los wargames se vea como más abierto y un zulo en el que sólo se esconden militaristas y amantes de la parafernalia nazi.
Carlos, tengo muchas ganas de probar tu juego, ya sabes que no lo he jugado durante el largo proceso de su desarrollo pero algún ejemplar viene hacia mi Club y seguro que lo probaré pronto, medallitas a parte (que seguro que la trae al ser del Kickstarter).


