Santa María reseña by Moonnoise

Santa María es un eurogame de peso medio de 1 a 4 jugadores y de unos 60-90 minutos de duración, que ha pasado relativamente desapercibido debido a su escasa distribución, que ha provocado que no se hayan visto copias desde su estreno en Essen 2017 (donde se agotó) hasta marzo de 2018.

Hasta el momento para conseguirlo es necesario acudir al mercado de importación, pero próximamente veremos en las tiendas copias en nuestro idioma de la mano la editorial de reciente creación Arrakis Games.

Santa María llegara en español editado por Arrakis Games

Santa María tiene como mecánicas principales el «draft» de dados y la colocación de losetas. Los dados son la principal forma de activación de acciones y las losetas contienen la mayor parte de éstas.

Durante el transcurso de una ronda, los jugadores realizan una única acción en su turno hasta que ya no les es posible realizar más y terminan por tomar la acción de “pasar”. Para realizar estas acciones usaremos principalmente dados, ya sea tomándolos de un pool común (blancos) o activando uno de los que tenemos en nuestra reserva personal (azules), además, podemos realizar acciones con monedas y comprar losetas con los recursos que vayamos consiguiendo.

Sus mecánicas sencillas y su duración contenida, hacen que entre en la categoría “euro medio”. Sin embargo, la cantidad de decisiones a tomar en cada uno de nuestros turnos, hacen trabajar a “la neurona” bastante más de lo que pudiera parecer tanto por el aspecto “naif” de sus ilustraciones, como por complejidad de reglas.

Tras la explicación del juego, podréis encontrar unas conclusiones con mi opinión personal sobre él, pero aquí va un pequeño adelanto: Nos encontramos ante un juego elegante, de desarrollo fluido y con una profundidad que lo hace exigente sin necesidad de reglas complejas

INTRODUCCIÓN – AMBIENTACIÓN

Santa María nos pone en la piel de colonos españoles que buscan hacer fortuna en el Nuevo Mundo disfrazando sus verdaderas intenciones con la excusa de la evangelización de los nativos en la Verdadera Fe. Bien, pues este contexto histórico se queda básicamente en una hoja adjunta que lo explica en unos pocos párrafos. Aun así, no deja de ser algo paradójico que en el juego los puntos de victoria se llamen «puntos de felicidad», entiendo que se refieren a la felicidad del conquistador en cuestión y no de los indígenas…

EL JUEGO

Mecánicas y Turno

Santa María tiene como mecánicas principales el «draft» de dados y la colocación de losetas: Los dados son la principal forma de activación de acciones y las losetas contienen la mayor parte de éstas.

Las acciones disponibles durante nuestro turno son solamente 4, de las cuales realizaremos 1:

Estas 5 losetas no se reponen hasta que empieza un nuevo año (ronda), por lo que en cada partida tendremos disponibles las 15 losetas de cada tipo que incluye el juego.

Las losetas, además de contener acciones que a continuación veremos cómo activar, tienen representados caminos con 1, 2 o ningún colono en ellos. Estos “personajes” (iconos) nos otorgarán jugosos puntos de felicidad por filas o columnas completadas en nuestro tablero individual al final de la partida. Es importante desatacar que las casillas de colonos NO son casilla de acción.

Otras reglas en el uso de los dados:

Siguiendo el orden de turno, el jugador inicial realizará una acción, a continuación, le tocará al siguiente contrincante y así sucesivamente hasta que todos hayan realizado la acción de “Pasar”.

Además, existe la posibilidad de tomar acciones opcionales para comprar y vender materiales que podremos realizar tantas veces como deseemos en nuestro turno, antes o después de la acción principal (Ver apartado Tablero Individual).

Tablero individual

En primer lugar, explicaremos los tableros individuales de Santa María, ya que es donde se lleva a cabo la parte principal del juego.

Es importante indicar que cada uno de los 4 tableros del juego tienen dos caras (A y B). Las caras A son ligeramente distintas, variando una acción y su ubicación respecto al resto de tableros. Mientras que las caras B son todas iguales y se usará en la variante de juego avanzado (explicada antes de las conclusiones).

Tablero general

Santa María también tiene un tablero común con diferentes tracks y un resumen completo de todo lo que se puede hacer en el turno e incluso de la puntuación final. Pasemos a explicar las partes de este tablero:

Al inicio de la partida se colocan 3 losetas de maestros y otras 3 de obispos aleatoriamente, que indican/describen los diferentes beneficios disponibles a lo largo de toda la partida, mientras que las de los misioneros son siempre las mismas en todas las partidas. Una de las cosas más importantes e interesantes de este punto es que el primero que llega a cada “hueco” se coloca allí de forma gratuita pero los siguientes deben pagar 2 monedas a cada jugador con uno de sus monjes ya colocado allí.

Fin de ronda

FIN DE PARTIDA

Tras acabar el tercer año, se realiza la puntuación final:

La suma de todos estos puntos dará el total de cada jugador y aquel que tenga más felicidad será el ganador. 

VARIANTES

Juego avanzado: Como mencionamos al hablar de los tableros individuales, comenté que éstos tienen unas caras B que son iguales en todos los tableros para, en la variante avanzada de Santa María, seleccionar al principio de la partida una loseta con 2 casillas que permita un inicio asimétrico seleccionado por el usuario (además esta loseta del inicio avanzado cuenta con una ventaja inicial en forma de loseta de maestro que nos permitirá tener una habilidad única durante la partida).

Pool común de dados azules: Esta variante, básicamente sirve para manejar los dados azules de la misma forma que los blancos, pero para activar las filas y con la limitación en número dependiente de la posición de nuestro monje (igual que cuando los teníamos en nuestra reserva). La idea de esta variante es reducir el azar, pero para mi gusto le quita bastante chispa al juego.

Solitario: No he probado la variante, por lo que no opinaré. Parece el clásico “supera tu puntuación” al que además se le pueden sumar ciertos “logros” en función de las losetas de terreno usadas. 

PRODUCCIÓN

La calidad de componentes de Santa María está en la media actual, el grosor del cartón y la calidad de la madera es la normal. Se agradece que los tableros individuales sean del grosor del resto de componentes y no las cartulinas que todavía se ven en muchos juegos, pero por otro lado los dados son normalitos. Siendo un componente tan importante en el juego no habría estado de más que fuesen un poco mejores.

Pasando al aspecto gráfico, siempre suele decirse que “para gustos colores” ¡y algún compañero de juego llegó a afirmar que le gustaba! No es en absoluto mi caso, pero hay que reconocer que la iconografía es clara y práctica. Mas allá de gustos personales, creo que el estilo de la portada y el juego en general no es muy acorde con el tema ni con el peso del juego, ya que puede parecer más familiar de lo que en realidad es. De cualquier manera, guste o no, no es de esos diseños que hacen daño a los ojos.

CONCLUSIÓN

Me gusta definir Santa María como un eurogame de sabor clásico, pero haciendo uso de las mecánicas de moda (o al menos 2 de ellas, como son el draft de dados y la colocación de losetas tipo “Tetris”).

Aunque las mecánicas no sean originales per sé, su combinación e implementación sobre la matriz de nuestro tablero individual, en la que cada número de un dado blanco activará una columna y cada dado azul una fila, sí que lo es. Y el hecho de que los dados blancos sean comunes y el azul individual le otorga un punto estratégico más que interesante.

Y ya que hablamos de estrategia, el tener un draft de dados y un pool de losetas para colocar, que cambia a cada ronda, ya os habrá hecho intuir que estamos ante un juego eminentemente táctico. Pero la introducción de los monjes-obispos y la colocación óptima de las losetas le confieren un punto de estrategia a largo plazo muy interesante y que no se debe descuidar.

Mi primera partida a Santa María fue a 4 jugadores, con los habituales fallos de reglas, y las siguientes a 2, que es cómo más suelo jugar. Si bien es cierto que la lucha por las losetas (se colocan 5 de cada tipo en cada ronda, independiente del número de jugadores) y la carrera por ocupar los espacios de los monjes es mucho menor, el juego sigue funcionando igual de bien. De hecho, la competencia por las losetas podría resolverse con una sencilla “home rule”: poniendo 4 losetas de cada tipo por año para tres jugadores y 3 cuando jugamos contra un solo oponente.

Ciertamente las sensaciones cambian con el número de jugadores, pero creo que considerar esto como defecto es relativo: Santa María es totalmente disfrutable a 2, aunque con menos agobios.

Si tengo que buscarle un defecto más palpable, además del subjetivo del diseño gráfico, sería el de la rejugabilidad. Si bien es cierto que hay barcos de sobra y diferentes, aunque tampoco muchas, combinaciones posibles de obispos y maestros, el que las losetas de terreno disponibles sean las 15 que jugaremos en todas las partidas puede quedarse corto para alguien que juegue muchas partidas y muy a menudo. Considero que este problema es menor, incluso despreciable si contamos con una ludoteca amplia, porque el juego da para muchas partidas.

Para terminar, querría mencionar que Santa María se trata del juego que más me ha gustado de la cosecha Essen 2017 junto al denostado Agra (sin considerar Lisboa, mi TOP 2017, como producto de Essen). Con una mezcla de mecánicas elegante y fluida consigue un juego en el que estás exprimiéndote el cerebro durante cosa de hora y media tratando de optimizar al máximo tus opciones.

Mi nota para este gran Santa María es de: 8’5

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