Vudú no es solo lo que queremos hacerle a nuestros compañeros de trabajo o a nuestro cuñado, es también un juego que nos trae SD Games para pasar un buen rato riéndonos y haciendo el gañan.
Vudú, no te tomes nada en serio
Las fotos de esta reseña son cedidas por Doctor Meeple, web de referencia en el mundo lúdico que os animamos a visitar
Ficha
Vudú
- Diseño Francesco Giovo, Marco Valtriani
- Ilustración Guido Favaro
- SD Games
- 3-6 Jugadores
- 30 Minutos
- + 8 años
Componentes
Vudú es un juego de 2 a 6 jugadores, en el que ya te digo que no lo juegues con 2 jugadores ni loco, con unas reglas super sencillas y una duración en torno a la media hora. El juego viene en una caja de tamaño bastante pequeño, y que usaremos para jugar a modo de marcador, con unos dados, unas cartas y un muñeco de vudú.
Los dados son de los buenos, no solo por los dibujitos que traen, sino porque son de los redondeados, de los que disfrutas tirando porque ruedan. Las cartas son de tamaño grande, de calidad decente y con unas ilustraciones en plan divertido. Y el muñeco, Ay!!! el muñeco, no sólo es monísimo, sino que es parte importante en el desarrollo del juego.
¿De qué va?
¿Y qué diantres tenemos que hacer en el juego? Pues como decíamos, las reglas son super sencillas. En este juego nos vamos a dedicar a lanzar maldiciones hasta que alguno de los jugadores llegue a los 11 puntos, en los que, reconozcámoslo, nos da igual que gane, al menos en este tipo de juegos.
En el juego vamos a ser unos hechiceros que se van a dedicar a lanzar maldiciones a los demás jugadores, esto será lo que nos de los puntos de victoria. Tenemos que mencionar que el juego utiliza maldiciones de 3 culturas diferentes (a saber: egipcios, celtas y mayas… creo que eran estas tres, pero tampoco nos paramos mucho a analizarlo).
Las cartas de las que hablábamos representan tres cosas diferentes. Por un lado, tenemos las cartas de los artefactos, que nos darán algún poder o modificarán alguna cosa cuando los usemos. Por otro lado, tenemos las cartas de maldiciones, que serán las que queremos usar contra los rivales. Y, por último, tenemos unas maldiciones permanentes, que son aquellas que te vas a ganar por el mero hecho de ir haciendo puntos.
Durante el turno de un jugador, este va a hacer tres pasos, uno detrás de otro, que serán lanzar los dados, lanzar maldiciones y otros menesteres, y pasar el muñeco de vudú. Adelanto que es importante seguir el orden de las tres partes.
El jugador empieza lanzando los 5 dados, puede quedarse con lo que tiene o descartar un dado y volver a relanzar todos los que quiera. Y, obviamente, esto se va a poder hacer hasta que solo te quede un dado, pero pocas veces vas a repetir tanto.
Una vez que ya se está contento es cuando hacemos las acciones, las acciones son tan simples como robar cartas de artefacto y/o maldiciones (sin límite y a elección) o lanzar una maldición (en esto me voy a explayar un poco más a continuación).
Y, por último, le pasa el muñeco de vudú al siguiente jugador, que empezará a hacer estas tres fases una detrás de otra.
¿Y por qué es tan importante seguir el orden de las fases del turno? Pues muy sencillo, decíamos que este juego va de lanzar maldiciones, y muchas de ellas te van a decir cosas como…”antes de pasar el muñeco”, “antes de pasar los dados”…
Las maldiciones son la esencia del juego, no solo porque te dan puntos de victoria cuando consigues los ingredientes necesarios para lanzar una de ellas, sino porque son para fastidiar a los rivales y generar risas entre la muchedumbre, las maldiciones van a decir cómo va a tener que actuar la persona a la que le lances la maldición, es decir, puede que tenga que gritar como un ratón, puede que tenga que llorar por las cartas de los demás (esta maldición parece que está presente en muchos juegos), puede que no pueda apoyar los pies en el suelo… creo que me cogéis el concepto, verdad?
Hay un detalle que trae el juego y que está muy bien. Hay una carta que es la carta de objetivo, esta es la carta que se le pone a un jugador en cuanto se le lanza una maldición, y con ello se evita que le caigan dos maldiciones seguidas al mismo jugador y que la gente se cebe con alguien por el mero hecho de hacerlo.
Antes de finalizar con el tema de los puntos de victoria, una breve mención a los artefactos, que te van a ayudar a conseguir algún punto o algún beneficio. Por poner un ejemplo, si cuentas un chiste y alguien se ríe, o si consigues que alguien se quede mirando a un fantasma que estás señalando, eso que ganas.
Entonces, en Vudú jugamos a lanzar maldiciones hasta que alguien consigue 11 puntos, pues los puntos se ganan de tres maneras diferentes. La primera y principal es la de lanzar maldiciones, estas tienen un valor en puntos de victoria. La segunda es detectar que alguien está rompiendo una maldición, en el momento que esto sucede el que ha detectado esa rotura gana unos puntos, que también indica la carta, y la maldición se rompe. Y, por último, esos puntitos que te puedes llevar por algún artefacto en concreto.
Y esto es el juego de Vudú, y por esto no es un juego que escale muy bien, ya que para poder disfrutarlo como Dios manda y reírte como no está escrito necesitas por lo menos 4 jugadores. No se por que pone de 2 a 6, con 2 no lo jugaría ni loco, y a 3 creo que tampoco, a 4 jugadores ya me lo pienso.
Aunque, por el otro lado, es necesario que las maldiciones que hay sobre la mesa sean visibles, por eso de ganar puntos cuando alguien rompe una, así que, aunque sea para jugar con muchos jugadores hay que tener cuidado con esas cosas y tener un espacio donde se pueda ver lo que tienen los demás para comprobar que lo están cumpliendo.
Rejugabilidad
Mención a la Rejugabilidad del juego, aunque no hay excesivas cartas de maldiciones ni artefactos, ni hay cartas de maldiciones permanentes para todos, el juego se puede rejugar mucho, cada vez le tiraras una maldición a uno diferente, o si eres una mala persona te puedes cebar con esa persona que sabes que lo pasa mal no pudiendo apoyar los codos en la mesa. Pero no abuses, una cosa no quita la otra. Este juego te va a dar muchas partidas, pero si lo juegas 4 veces un día y 3 más el siguiente, igual si que acabas cansado, pero este también es un mal de muchos juegos de este tipo.
Conclusiones
Reconozcámoslo, este juego es un party, haz el favor y no te sientes serio a jugar a esto, no empieces a buscar lagunas legales en las reglas ni a hacer de power gamer como sueles hacer en otros juegos. Este juego es para reírte, así que una de las principales necesidades del juego es que la gente este predispuesta a pasárselo bien y hacer un pelín el ridículo, solo un pelín, tampoco nos vamos a pasar.
Pues resulta que yo no soy muy bueno en esas cosas, tranquilo, el juego te ayuda a ello y no necesitas poner de tu parte, solo estar predispuesto a pasárselo bien y hacer lo que te pide el cuerpo…y el juego.
El Club Dante no recomiendo el consumo de alcohol, o al menos hacerlo de forma responsable, pero sí que puede ser un juego que con una cervecita también se juega bien. Ojo, he dicho también, no que sea necesario, que luego todo se sabe.
Y, para terminar, vamos a mencionar una cosa que hicimos en la primera partida, no mejora el juego ni nada parecido, pero es una opción que hicimos, también por el desconocimiento, pero es apta para todos los públicos. Para evitar esa visibilidad de las cartas o de esos aguilillas que solo están a ver si tu rompes una maldición, jugamos ignorando la regla de ganar los puntos cuando pillas a alguien con el carrito del helado. El juego no empeora, tampoco mejora, pero está bien saberlo.
Y ya a modo de conclusión, Vudú es un juego de esos de estilo party (o chorrijuegos, como les llamamos por aquí) que te presenta la opción de reírte jugando una partida, aunque seas la persona más siesa del universo, solo tienes que dejarte llevar, escuchar dos reglas y empezar a disfrutar.
Valoración Subjetiva
Si quieres leer más reseñas, no dejes de visitar nuestra sección