Verdant, reseña by Funs Athal

Verdant juego de mesa

Verdant es uno de esos juegos que, en apariencia, inspiran tranquilidad. Su arte es precioso y la premisa de su temática, en la cual debemos de cuidar las plantas de nuestra casa, da la sensación de ser un juego relajado por la estampa idílica del imaginario colectivo.

Además, no tendremos que preocuparnos por la muerte de ninguna planta si no le damos los cuidados necesarios.

Verdant, mi querido hogar

FICHA

Verdant

Cuidar las plantas de mi casa es algo que me resulta relajante, pero de la misma forma que se te va el tiempo podando, abonando o simplemente cambiando las macetas de sitio, el tiempo que se pasa con este juego puede transcurrir más allá del tiempo indicado si le damos muchas vueltas a las acciones que podemos hacer.

La complejidad de este juego no recae en las posibilidades que incluye, sino en la cantidad de cosas a tener en cuenta para conseguir más puntos y más si alguien le ha echado el ojo al último saco de abono del mercadillo.

Esta reseña ha sido posible gracias a una copia cedida por la editorial.

¿DE QUÉ VA VERDANT?

 Verdant es un juego abstracto embellecido con una temática tan costumbrista como el cuidado de las plantas de interior. Para ello debemos de construir un damero que representa las habitaciones de nuestro hogar. Habitaciones que son donde colocaremos nuestras plantas para conseguir su lustroso verdor según como incida la luz.

Mecánicamente, este juego nos invita a trazar una estrategia que será más aleatoria o menos según cuantas personas participen en cada partida. En su concepto más básico, se trata de un rompecabezas espacial con selección de cartas y fichas con una interacción entre participantes más bien ligera, pero que aumenta cuanta más gente participe ya que el mercadillo se renueva más rápido.

La parte más complicada del juego no se encuentra en las acciones a realizar, sino en las maneras de conseguir puntos de victoria: por plantas completadas, verdor por plantas incompletas, bonificación por maceta, bonificación por habitaciones, muebles y mascotas, por colección de plantas, bonificación por decoración y otras posibles como cartas de objetivo.

El juego presenta un modo de juego normal, modo en solitario y diversas variantes que ayudan a que la experiencia de juego cambie sustancialmente, intentado que el juego pueda ser rejugado muchas veces.

COMPONENTES

La calidad de los componentes es alta en general, con fichas troqueladas de un grosor considerable, un buen número de cartas, fichas de puntuación de verdor de plástico, un block para apuntar las puntuaciones y una bolsa de tela muy resistente para coger aleatoriamente las fichas de objeto de jardinería.

El arte empleado utiliza una gama de colores muy llamativa y las ilustraciones de las cartas de plantas únicas son preciosas. Evidentemente, sobre todo en el dorso de las cartas, el color verde es dominante, pero en el reverso, los colores llaman la atención y eso ayuda a diferenciar rápidamente las combinaciones que podemos crear.

Dicho sea de paso, las fichas de objeto son simplemente imágenes repetidas «pegadas» sobre un fondo de color, simplemente con intención de ser funcionales y bien diferenciadas. Sin embargo, hay un detalle que me ha gustado mucho. Las fichas de pulgar verde, que son elementos que dan versatilidad a nuestras acciones, y que representan a los «likes» que podemos encontrar en las redes sociales y «apps» de mensajería, están coloreadas con colores que representan diversos tonos de piel. Destaco este punto porque podrían haber escogido el color amarillo neutro o quedarse con el de piel blanca, pero me parece un detalle muy inclusivo el emplear todo el espectro de color de pieles.

PREPARACIÓN

Verdant tiene una preparación rápida que se divide entre la preparación del mercadillo y lo relacionado con quien participa en el juego.

Para preparar el mercadillo:

  1. Barajamos las cartas de habitación y las de planta única (por separado) y sacamos 4 cartas de cada mazo bocarriba.
  2. Luego metemos todas las fichas de objeto (muebles y mascotas, y jardinería) y tras mezclarlas bien, sacamos 4 que pondremos bocarriba.

El mercadillo debe de tener las 4 cartas de planta única arriba y debajo de cada una de esas cartas, colocaremos una ficha de objeto y una carta de habitación (en vertical), con las fichas de objeto entre medio de ambas cartas.

La preparación de quien participa es la siguiente:

  1. Dejamos las fichas de verdor y pulgares verde en un montón a la izquierda del mercadillo.
  2. Determinamos el número de macetas necesarias, que varía según el número de participantes. Después las dejamos al lado del mercadillo.
  3. Cada participante coge 2 cartas de ayuda, una carta de almacén, una carta de planta única y una carta de habitación.
    Cada participante debe colocar sus cartas de habitación y planta única ortogonalmente en su zona de juego. Si la colocación de la luz de la habitación coincide con los requisitos de la planta, esa planta recibe su primera ficha de verdor.
  4. Empieza quien tiene la planta con requisito de verdor más alta, desempatando con la nombre de la planta por orden alfabético.
  5. Se reparten pulgares verdes: ninguno a quien empieza a jugar, dos a quien esté a su derecha y uno al resto de participantes.

Opcionalmente, se pueden emplear las cartas de objetivo, que dan cierta variación a la forma de obtener puntos. Esto es tan simple como barajar cada uno de los mazos de objetivo y coger una de cada mazo de manera aleatoria.

Las cartas de objetivo hacen que se añada un elemento adicional a tener en cuenta a la hora de conseguir puntos de victoria, lo que puede hacer que nos dificulte la manera de conseguir puntos por tener demasiadas opciones. Sin embargo, será un añadido que no añadirá dificultad para cualquier persona habituada a los juegos de mesa.

¿CÓMO SE JUEGA?

Al inicio de nuestro turno habrá 4 cartas de habitación, 4 cartas de planta única y 4 fichas de objeto en el mercado y seguiremos los siguientes pasos.

  1. Cogemos una carta (de planta única o habitación) y una ficha de objeto.
  2. Colocamos la carta escogida de manera en nuestra zona de juego. Al colocar las cartas, crearemos una cuadrícula de 5×3 cartas con una serie de requisitos: Las cartas se colocan ortogonalmente y adyacentes entre sí, con cartas de habitación y planta única alternándose. Las cartas no se pueden rotar y no es obligatorio que los requisitos de la habitación y los de la planta coincidan, aunque normalmente es recomendable.
  3. Comprobamos la iluminación. Las cartas de planta única tienen de 1 a 3 requisitos de iluminación y las cartas de habitación tienen una condición de iluminación en cada borde de la carta. Si uno de los requisitos de las plantas y la condición de iluminación del borde de la habitación coinciden, la carta de planta acumula una ficha de verdor.
  4. Jugamos fichas de objeto. Podemos usar tanto una ficha que acabamos de robar, una ficha almacenada o ambas.
  5. Comprobamos el verdor. Si las fichas de verdor igualan a los requisitos de verdor indicados en la carta de planta, se retiran las fichas y se sustituyen por una maceta. Las macetas sirven para indicar que la planta está completa. Además, las primeras macetas escogidas añaden puntos de victoria.
  6. Almacenamos objetos no utilizados. Sólo podemos almacenar 1 objeto y 5 fichas de pulgar verde.
  7. Rellenamos las cartas y fichas de mercado. Además, en la carta opuesta a la que se ha robado, se coloca una ficha de pulgar verde.
  8. El juego termina cuando se ha completado el damero completo de 5×3 de cada participante.

Aunque la lista de turno puede parecer numerosa con estos siete puntos, en realidad se reduce a coger una ficha y una carta, y jugarlas en nuestro turno, lo cual hace que cada turno sea rápido si sabemos bien dónde colocar nuestras cartas.

No obstante, hay una serie de opciones que son lo que da vida al juego: los pulgares verdes, los muebles y mascotas, y los objetos de jardinería.

Pulgar verde. Si gastamos dos pulgares verdes, podemos realizar una de las siguientes cosas: sustituir las cartas que queramos; sustituir las fichas de objetos que queramos; ignorar la restricción de elección de carta y ficha de objeto, cogiendo de diferente columna la carta y objeto; por último, podemos añadir una ficha de verdor a una planta.

Muebles y mascotas. Podemos poner una de estas fichas en uno de los espacios de una carta de habitación. Da lo mismo si no coincide el color de la ficha y la habitación, pero si coincide, puede aumentar la puntuación de puntos de victoria. Además, tener diferentes muebles y mascotas otorga puntos de victoria adicionales.

Objetos de jardinería. Estos objetos añaden verdor a las plantas.

En las partidas que he jugado, la regadera es el objeto más difícil de sacarle partido completo, ya que debe coincidir que 4 plantas sin maceta rodeen a una habitación. Sobre todo, en las partidas en solitario, que se juega a contrarreloj, me ha resultado difícil sacarle partido completo.

La variante en solitario de Verdant que sustituye el factor humano por la eliminación de cartas en cada turno, creando una contrarreloj.

Esta variante es casi idéntica a una partida con múltiples participante, sin embargo, encima de las cartas se colocan macetas de 3 PV. Al terminar cada turno, se eliminan las cartas de habitación y planta única, la ficha de objeto y la maceta de la izquierda. Después, se corren a la izquierda el resto de fichas y cartas, y se rellena el mercado.

Esta variante se juega a tantos turnos como una partida normal, pero hay que tener muy en cuenta la puntuación de las macetas, las cuales van retirándose si no se completan las plantas. Cosa harto difícil conseguir una por turno.

CONCLUSIONES

Verdant es uno de esos juegos que te obliga a pensar, no por la dificultad de sus reglas sino al tratar de conseguir la mayor puntuación posible.

Su dificultad radica en tratar de seguir cierta estrategia a la hora de cómo conseguir mayor cantidad de puntos, ya que con las diferentes y diversas formas de puntuar, es posible que nos descentremos y equivoquemos la estrategia. Además, el mercadillo puede utilizarse como una especie de campo de batalla en el que perjudicar al resto de participantes, por lo cual, también deberemos estar atentos a su damero, por si ese mueble, que a nosotres no nos hace gran cosa, a otra persona sí.

El juego a dos personas desluce un poco por la falta de interacción y con cinco participantes por exceso de aleatoriedad, con tres y cuatro participante, el juego me parece muy bueno, al igual que su modo solitario, aunque subiría un poco la puntuación a poder alcanzar como objetivo básico.

¡Que veiga bueno!

Valoración Subjetiva

Verdant juego de mesa
VERDANT
CONCLUSIÓN FINAL
Verdant es uno de esos juegos que te obliga a pensar, no por la dificultad de sus reglas sino al tratar de conseguir la mayor puntuación posible. Su dificultad radica en tratar de seguir cierta estrategia a la hora de cómo conseguir mayor cantidad de puntos, ya que con las diferentes y diversas formas de puntuar, es posible que nos descentremos y equivoquemos la estrategia. Además, el mercadillo puede utilizarse como una especie de campo de batalla en el que perjudicar al resto de participantes, por lo cual, también deberemos estar atentos a su damero, por si ese mueble, que a nosotres no nos hace gran cosa, a otra persona sí.
MECÁNICAS
70
ESCALABILIDAD
75
ESTÉTICA Y COMPONENTES
80
REJUGABILIDAD
75
DIVERSIÓN
75
Nota de lectores0 Votos
0
PROS
Mecánicas simples y turnos rápidos.
Lo colorido que es y sus preciosas ilustraciones.
Que los pulgares verdes muestren diferentes tonos de piel.
La versatilidad existente con los objetos y pulgares verdes.
Las variantes de juego que tiene.
CONTRAS
75
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