La expansión del centro de la ciudad está en marcha. Diriges una empresa encargada de construir nuevos rascacielos: con subvenciones urbanísticas y grandes proyectos en juego, la prosperidad al alcance…si sabes jugar bien tus cartas.
Eso sí, el plan urbanístico es exigente. Cada vez que levantas un nuevo edificio, debes contribuir también al desarrollo de los que están junto a él. Además, el ayuntamiento tiene criterios estéticos muy claros: dos edificios colindantes no pueden tener el mismo color.
Y como hay más empresas implicadas en este proceso, la competencia será intensa. Para destacar, necesitarás planificar con cabeza, aprovechar cada oportunidad y dejar el menor margen posible a quienes compiten contigo.
Tower Up – Construyendo hacia el cielo
- Diseño: Frank Crittin, Grégoire Largey, Sébastien Pauchon
- Ilustraciones: Nadàge Calegari, Lauren Escoffier, Geoffrey Stepourenko
- Editorial: Monolith Board Games
- 2-4 jugadores
- 30-45 minutos
- +8 años
- Peso/dureza (bgg): 1.86/5
- Tipo de juego/mecánicas: abstracto, cumplimiento de objetivos
Introducción
Tower up combina mecánicas muy accesibles de gestión de recursos y construcción de patrones con una sorprendente profundidad estratégica. En tu turno podrás:
- Robar una carta del mercado y ganar los recursos que indica (pisos de colores o avances en el tablero personal), o
- Construir un nuevo edificio, respetando las condiciones de ubicación y color, y pagando un coste a los edificios colindantes. Eso sí, nada es gratis en la ciudad. Cada edificio nuevo implica reforzar los que lo rodean.
Además, a lo largo de la partida tendrás que cumplir ciertos objetivos comunes que te permitirán obtener jugosas bonificaciones si logras colocarte en el lugar adecuado…en el momento justo.
La partida finaliza cuando alguien coloca su décimo y último tejado. En ese momento, se activa el final de la partida y cada persona realiza un último turno. La victoria será para quien haya acumulado más millones entre su marcador y las fichas de bonificación obtenidas. Y si hay empate…¡a contar pisos en la reserva!
Aspectos positivos
JUEGO PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Tower Up presenta unas normas extremadamente sencillas y accesibles. En cada turno, el jugador debe elegir una entre dos opciones: robar una carta que proporciona piezas de construcción o utilizar estas piezas de construcción para levantar edificios. La clave está en colocar estas piezas de forma estratégica para cumplir los objetivos, situar nuestros tejados en la parte más alta de los edificios y el avanzar en los distintos tracks de nuestro tablero personal. Por lo tanto, es un juego apto para todo tipo de públicos.
A esto contribuye el hecho de que las partidas sean muy rápidas y los turnos tremendamente ágiles. A cuatro jugadores e incluyendo explicación, el juego no ha llegado a los 40 minutos de duración.
COMPONENTES Y APARTADO VISUAL
Uno de los aspectos más destacados de Tower Up son sus componentes. El juego está formado casi en su totalidad por piezas plásticas, y los tableros personales de troquel son de doble altura. Mención aparte merece uno de los insertos más funcionales que he visto en los últimos tiempos. Además, la parte del inserto que contiene las piezas de construcción se puede sacar y actúa como dispensador.
Además de sobresalir por su calidad, los componentes también son muy visuales. Al final de la partida nos queda un tablero lleno de rascacielos. Es imposible ver este despliegue en mesa y no sentirse inmediatamente atraído por el juego.
ELEMENTO DE CARRERA Y OPORTUNISMO
Me suelen agradar bastante los juegos que tienen un elemento de carrera y este es el caso de Tower Up. Primero, por el detonante de final de partida: el primer jugador en colocar su décimo tejado finaliza la partida. El resto de los jugadores dispondrán de un único turno más.
Más relevante aún resulta la lucha por cumplir objetivos. En cada partida aparecerán tres de ellos, y proporcionarán una mayor cantidad de puntos de victoria a aquellos jugadores que los completen en primer lugar.
Esto enlaza maravillosamente con el oportunismo del que hace gala el juego. Y es que, en ocasiones, nos veremos tentados de abandonar la colocación que inicialmente habíamos pensado para aprovechar una oportunidad que ha dejado un oponente. Por ejemplo, puede que quisiésemos construir en un parque para avanzar en la consecución de un objetivo. No obstante, el jugador anterior acaba de dejarnos la posibilidad de construir en un edificio marrón alto que nos hará avanzar bastantes posiciones en su track correspondiente, o bien un edificio en el que garantizamos que nuestro tejado quede en la parte más alta.
PROFUNDIDAD E INTERACCIÓN
Una de las sorpresas que me llevé con Tower Up es que cuenta con una mayor profundidad de la que esperaba. Y es que, inicialmente, me pareció un juego de completar lo más rápidamente posible una serie de objetivos. Sin embargo, con las partidas, vas apreciando la importancia de la toma de decisiones. De la gran suma de puntos que pueden proporcionar los tejados al final de la partida, avanzar los tracks o desbloquear un turno doble en el momento oportuno.
Otro elemento que me gusta mucho del juego es el nivel de interacción que propone. Lo encontramos en la competencia por los objetivos, en los espacios de colocación que dejamos abiertos a los oponentes, en la posibilidad de tapar sus tejados…Además, jugaremos las partidas siendo plenamente conscientes de sus opciones en todo momento, pues las piezas con las que cuentan están visibles para todos los jugadores.
Aspectos negativos
COLOCACIÓN ALEATORIA DE PIEZAS EN LA PREPARACIÓN DE LA PARTIDA
Un elemento que no me ha gustado del juego se encuentra en las propias reglas de la preparación de la partida. El reglamento nos dice que cualquier jugador y, de manera totalmente aleatoria, coloque los tres bloques de la parte inferior de las cartas en cualquier zona del tablero. Sin criterio, sin estrategia.
Para quienes tampoco entendáis esta norma, parece ser que han sacado una alternativa en la versión alemana que consiste en que el último jugador en turno sea el responsable de la colocación de estos tres bloques, en las posiciones que considere. Me parece una opción mucho más lógica puesto que, a 4 jugadores, teniendo en cuenta que va a haber 3 turnos antes que el tuyo, te permite colocar las piezas en lugares estratégicos que impidan que los rivales construyan en posiciones demasiado interesantes.
ESCALABILIDAD
Tower Up ha sido un juego que cuando más lo he disfrutado ha sido al máximo de jugadores, sintiendo las partidas algo descafeinadas a dos jugadores. Me gusta que el tablero cambie lo suficiente entre que haces un turno y el siguiente. En cualquier juego en el que existe una carrera por completar objetivos, prefiero que la lucha se dé entre varios jugadores.
Es cierto que el juego a dos funciona, pero las partidas se vuelven mucho más predecibles y controlables. Cada colocación la realizas siendo consciente de las opciones que le estás dejando abiertas al oponente. Puede que los amantes de los abstractos puros encuentren atractiva esta configuración de partida, pero en mi caso concreto, disfruto mucho más con la presencia de varios jugadores alrededor de la mesa.
FACTOR AZAR Y FALTA DE INNOVACIÓN
Para tratarse de un juego de corte tan abstracto, veo necesario mencionar que el mercado de cartas variable hace que, en ocasiones, el azar impacte en momentos puntuales. Ya sea porque necesitas un bloque de un color determinado que no aparece en ninguna carta del suministro o porque aparece una carta que te hace avanzar en un track determinado en el momento justo para repetir turno.
Además, se trata de un juego que no aporta nada nuevo que no hayamos visto antes en juegos de este estilo.
Conclusiones
Con Tower Up he experimentado una evolución de pensamiento bastante curiosa. La primera vez que lo jugué, me pareció un juego correcto, pero que al final era uno más del montón, como tantos otros. No se me quedaron demasiadas ganas de repetir, ni mucho menos pensé que se tratara de un juego que fuera a quedarse en mis estanterías.
Pero un sábado, decidí llevarlo a la asociación. Cuando un compañero vio que lo llevaba, quiso jugarlo porque lo había probado en la BGA y comentó que le estaba gustando mucho. Fue precisamente en esta segunda toma de contacto con el juego, gracias a los consejos que nos dio sobre cómo orientar la partida, cuando descubrí la verdadera profundidad de Tower Up.
En aquella primera partida, el juego únicamente me pareció una carrera por alcanzar los objetivos lo más rápido posible. Pero fue en esta segunda ocasión cuando aprecié la importancia de colocarse en los lugares que menos posibilidades dejen a los rivales; de ubicar los tejados en edificios que hayan quedado bloqueados para evitar que otros jugadores los cubran; de aprovechar las oportunidades de avanzar en los tracks y de saber administrar los tiempos, anticipando el momento en el que la partida pueda acabar.
Al final, Tower Up es un juego que cubre muchos frentes. Puede sacarse con jugadores más casuales por su facilidad de reglas y atractivo aspecto visual. Pero también puede ser un juego muy gratificante para jugadores experimentados, que encontrarán partidas tácticas, con su componente de interacción y que quedarán resueltas en poco más de media hora.
Valoración Subjetiva
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