Previo a la finalización del año 2022, Shadowlands Ediciones lanzó el que sería su último título, The Troubleshooters, un juego de rol que te permite vivir las aventuras de personajes de cómic como Tintín, Spirou o similares.
Este juego, original de Krister Sundelin, nos proporciona el trasfondo y las mecánicas para jugar en unos imaginarios años 60 llenos de acción y trepidantes sucesos.
A destacar
Shadowlands publicó el anuncio de la preventa (mecanismo habitual de publicación de esta editorial) el 30 de diciembre de 2022 y con fecha de fin el 27 de enero de 2023.
Desde el link de la preventa podemos acceder a la información general y descargar, previa subscripción al boletín de noticias esta guía de inicio rápido y dos aventuras de demostración, Escape de Mont Blanc y Cómo Santa robó la Navidad.
La guía de inicio nos provee, en 33 páginas, toda la información necesaria para aprender a jugar.
The Troubleshooters está basado en BRP (Basic Role Playing), el Sistema de juego genérico de Chaosium y que podemos ver en juegos como La llamada de Cthulhu o Rune Quest, es decir, el uso de tiradas percentiles (D100) para resolver las acciones. Un resultado por debajo del valor de la habilidad es un éxito y por encima un fracaso.
Como mecánicas interesantes, encontramos las siguientes:
- Karma: sí en una tirada obtienen dos números iguales (11, 22, …) obtienes 1 punto de historia y, además, Buen Karma (si la tirada tiene éxito) o Mal Karma (si la tirada falla). Esto significa que ocurren situaciones beneficiosas o algo malo a raíz de esa tirada.
- Desafíos: las acciones que requieran cooperación entre los jugadores se resuelven con la cantidad de éxitos de las tiradas individuales de los participantes, pudiendo obtener resultados pésimos hasta magníficos.
El combate no se escenifica de una manera táctica cómo en otros juegos de rol, por lo que el movimiento de los personajes se realiza por zonas y pudiendo actuar sin necesidad de tener medida la distancia exacta, aunque si se sigue un orden de iniciativa y se resuelven los ataques mediante las tiradas de habilidades correspondientes.
Un apunte interesante es acerca del daño. Estamos acostumbrados a que cada tipo de arma tiene un código de daño diferente, suma bonificadores según la pericia del personaje, etc… En The Troubleshooters, las tiradas de daño son todas con la cantidad de D6 que tiene asignada el arma, quitando 1 punto de vitalidad sólo si se obtiene un resultado de 4, 5 o 6, siendo este último un “dado que explota” y permite, a parte de quitar ese punto de vitalidad, tirarlo de nuevo y obtener (o no) un nuevo éxito.
El daño obtenido, disminuyen la vitalidad de los enemigos dependiendo de su etiqueta de categoría (esbirros, subalternos, tenientes o jefes) pasando por los estados de Herido, En peligro de muerte y Fuera de Combate (en este juego los PJ no mueren y no existe la actitud de matar).
Antes he mencionado los Puntos de historia. Estos puntos, permiten a los personajes influir en la historia y los acontecimientos que van sucediendo, pudiendo dar la vuelta a un resultado de una tirada o activar talentos.
Se parten de 4 puntos de historia y estos pueden ir creciendo según las acciones que realicen los personajes, hasta un máximo de 12.
Como en cualquier BRP, finalmente encontramos el procedimiento para que la experiencia de los personajes se refleje en el desarrollo de las habilidades y competencias que disponen.
Conclusiones
Lo que más me ha gustado es la ambientación. A parte de la guía de inicio he leído ambas aventuras gratuitas y me han transportado a esos cómics de Tintín en el Congo o el Lotus azul, las carreras de Michel Vaillant, los casos de Spirou o incluso las historias selváticas de Marsupilami.
Por supuesto, la maquetación y las ilustraciones muestran ese tipo de historieta franco-belga que tenemos en la mente.
El sistema de juego es muy sencillo y apto para todo tipo de público, por lo que lo hace una propuesta muy interesante para jugar en familia. Las mecánicas me parece que están bien encajadas en el tipo de juego y no son nada complejas.
Lo que menos me gusta es el uso del sistema de la experiencia que ya trae consigo BRP, dado que creo que no es un juego para campañas, sino más enfocado a one-shots.
En cualquier caso, una propuesta muy fresca e interesante a llevar a la mesa.
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