¿Hay Quorum para Quorum? Porque si no hay quorum para quorum, entonces no podemos quorum.
Vamos hoy a hablar de Quorum, un juego que nos trae Devir en castellano, de 2 a 4 jugadores y que te lo ventilas en menos de una hora.
Componentes
Así que, como es de rigor, empecemos con los componentes. En una caja bastante pequeña tenemos bastante material. Por un lado, tenemos un tablero circular donde vamos a colocar unas losetas que representan las distintas provincias del Imperio, todo de buen cartón, y con tracks para llevar la cuenta de la influencia en cada una de las provincias, así como la puntuación de final de partida. También tenemos unos cuantos tokens que representan el valor que tendrá nuestra influencia en cada una de las provincias.
Además, unas cuantas fichas de madera, en cada uno de los cuatro colores de los jugadores, que servirán para la puntuación final, así como la influencia en cada una de las provincias. Y un montón de cartas, cartas que son las que vamos a usar para ir formando nuestro set de cartas delante y que nos darán los diferentes puntos según lo que cojamos.
La calidad de los componentes es buena, tanto de las cartas como de los tableros, y el arte es muy sencillo, lo suficiente para que te centres en lo que te tienes que centrar, y sabiendo lo que hace cada uno.
¿De qué va?
Pues en este juego de Quorum nos vamos al Imperio Romano, ¿a qué te ha pillado de sorpresa? y vamos a intentar ser el senador con la mayor cantidad de influencia y poder al finalizar la partida. Para ello vamos a ir cogiendo cartas de un mercado común, para ir jugándose delante nuestro. Esto nos irá dando ventajas y avances mientras jugamos, a la vez que nos preparamos para una puntuación final.
Tanto la mecánica como la preparación del juego es super sencilla. Para la preparación solo hay que poner el tablero en el centro de la mesa, colocar las fichas de influencia, barajar las cartas, repartir 4 a cada jugador y colocar 5 en el mercado.
La mecánica no va lejos de esto, puesto que es tan simple como que en tu turno coges una carta del mercado, la pones en tu mano, y juegas una de las que ya tienes (incluida la nueva).
Vamos a detallar esto del Quorum un poco más. El objetivo final del juego es ser el que más puntos de victoria tiene, y esto se mirará después de 12 rondas, es decir, después de que cada jugador tenga 12 cartas delante suyo.
Y ¿para qué queremos coger y jugar cartas? Pues muy sencillo, aparte de para saber cuándo se va a terminar la partida, para hacer cositas (uy, se vienen cositas).
Las cartas tienen un doble objetivo en Quorum, por un lado, cuando juegas una carta en tu zona de juego vas a hacer que tu ficha de influencia avance un determinado número de posiciones en la provincia que has jugado, preparándote para el final de partida. Pero, por otro lado, también te vas a ir preparando la puntuación final por los diferentes tipos de cartas.
De primeras te puede parecer que hay muchas cosas que mirar en Quorum, puesto que hay que estar pendiente tanto de las provincias y de la influencia, como de qué cartas hay en el mercado y cuales te van a interesar para jugar, ya sea por influencia o por la carta en sí.
Y no te lo voy a negar, hay más de una cosa a la que prestar atención durante la partida, pero en un momentin vas a estar metido en la partida.
Y todo esto que estamos comentando se puede ver mejor si hablamos de la puntuación, así que vamos al lío. En Quorum no hay puntuación intermedia, todo se va a puntuar al final de la partida, pero no te rompe el flujo de la partida, vamos, que no es de esos juegos que estas todo emocionado y, al finalizar la partida os hiero, perdón, que eso es de otra cosa, al finalizar haces un parón y a puntuar por muchas cosas. Aquí haces el parón, pero va todo rodado.
Por un lado, vas a puntuar por las diferentes provincias y tu posición de influencia. Cada provincia va a puntuar por cosas diferentes, aunque casi todas te darán puntos por las cartas que hayas jugado de esa provincia, salvo África y Asia que te darán puntos por determinado valor de tus cartas. El detalle guapo y curioso de esta puntuación es que el que esté más avanzado en influencia conseguirá el valor de la ficha que tiene esa provincia, multiplicada por las cartas apropiadas, mientras que el resto irán reduciendo 1 al valor de esa ficha.
Estas fichas empiezan todas en valor 2, pero se pueden ir modificando con las cartas de Dioses que se jueguen. ¡Ah! ¿Qué no hemos hablado de las cartas de Dioses? Pues lo hacemos ahora. Dentro de las cartas que se juegan hay unas cartas de Dioses, estas cartas estarán boca abajo en el mercado, y no sabrás exactamente cuál de ellas es, pero todas te hacen avanzar uno de influencia en la provincia que quieras, modificando el valor de la ficha de puntuación en las provincias adyacentes, hacia arriba o hacia abajo, además son cartas que se te quedan en la mano y te van a cortar tu poder de decisión a la hora de jugar cartas.
Aparte de esta puntuación, las cartas también tienen otra cosa, aparte de un número de poder que sirve para puntuar alguna cosa (este va de 1 a 3), tienen un dibujo que la asocian a un tipo, y así tenemos cartas militares, que te darán puntos según las escaleras que consigas (lo que de toda la vida es un 1, un 2 y un 3), tienes cartas de mercado que te sirven para hacer sets de recursos y puntuarlos, cartas de edificios que te darán puntos por los diferentes tipos de edificios que tengas, y cartas de intriga que te darán puntos por las cartas de poder 3.
Pues después de 12 rondas de Quorum, cogemos y puntuamos todo eso, aquel que tenga más puntos de victoria será el ganador, simple y llanamente.
Conclusiones
Es un juego con bastantes decisiones, como hemos podido ver, aunque a veces te puedes centrar en coger alguna carta que no le sirva a otro jugador, o centrarte en solo lo tuyo. Puedes ir a por una carta de Dios, limitando tus opciones en la mano, pero modificando a la vez las provincias que te puedan interesar. Vamos, que no te vas a aburrir.
Escalabilidad e interacción
Y aquí entroncamos con la escalabilidad y la interacción de Quorum. La interacción la tenemos en las cartas que se cogen del mercado, que no estarán disponibles para el resto. También la tenemos en la pelea por la influencia en cada una de las provincias, sobre todo si encima modificamos los valores de puntos de final. También te digo que puedes ir jugando a tu aire viendo lo que viene en cada una de las rondas, pero a poco que alguien se fije en ti igual no te sale bien. Si todos jugasen a lo suyo, entonces dependería si hay más de uno que va a lo mismo o no.
La escalabilidad tiene la relevancia que suele tener en este tipo de juegos, a menos gente, menos manos metiendo mano en lo que está pasando, mientras que, a más, más cosas pasan. Aunque el juego funciona muy bien a 2, presta mucho más a 4, es de esos juegos que agradece que se meta mano en las cartas y se muevan las cosas mucho más.
Y esto es Quorum, un juego de esos que dices que tiene mecánicas muy sencillas, pero que el desarrollo es de los que te va a tener pegándote por hacer una cosa u otra dentro de las opciones que te da. Un juego rápido para divertirte montando un conjunto de cartas potente, a la vez que te pegas en el tablero por tener mejor posición que el resto de la gente.
Valoración Subjetiva
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