No es verano, pero voy a abrir melones.
No diré nada nuevo sino de cosas que muchas veces se dicen en redes sociales. Cosas que se asumen, que se critican, que se debaten, cosas que hacen volar cuchillos para acusar a las malvadas editoriales o para insultar al que está en frente. Porque sí, porque te cae mal o porque toma café sin azúcar.
Voy a hablar de cosas de las que no tengo ni pajolera idea y para las cuales no tengo solución, pero que espero que al menos sirva para presentar debate.
Hoy hablo sobre cómo veo, desde mi perspectiva única personal y que no le importa a nadie un carajo, la industria de rol en España.
Por cierto, no, no voy a dar nombres. Expondré mis sensaciones desde fuera de la industria y sin afán de criticar, señalar o humillar. Me parece feo hacer eso. Si queréis chascarrillos, hay mentideros roleros donde poder despellejar a gusto a quien deseéis. Aquí no.
Voy a empezar con un resumen:
La sensación que tengo de la industria del rol en España es que se mantiene con palillos. Rodeada de una ilusión de colorinches que todo el mundo conoce, pero que da un poco igual porque «mira que cantidad de jueguicos más guay han traído las editoriales», mientras todo el mundo se queja porque los juegos son caros o hay explotación laboral. Y sin embargo da igual porque «mira que cantidad de jueguicos más guay han traído las editoriales».
Este es el resumen. Si estáis aburridos del tema, de mí mismo y mi palabrería o no os interesa, podéis dejarlo aquí. Gracias por visitar el Club Dante y nos vemos en artículos más interesantes.
Venga, ahora al grano. Empezaré fuerte.
¿No os da la sensación que cuando se habla de la industria de rol en España, muchas cosas están hechas por aficionades?
Y por aficionade hablo de alguien cuyo trabajo no es ese, que tiene los juegos de rol como afición y por lo cual, no está capacitado para trabajar en ello.
Con esto no quiero decir que el producto final tenga un acabado poco profesional. Eso es diferente y lo sabéis. Muchos productos creados por la afición tienen acabados brutales que si no son profesionales, lo parecen. Y por supuesto, creo que el acabado de la mayoría de los productos de rol que se venden en castellano, tienen un acabado que parece profesional. Si entramos en detalles ya… porque ya sabéis, pon unos dibujicos chulos, aunque sean con I.A. y ya está medio vendido. O eso es lo que se dice en los mentideros.
Pero no entremos en el tema de las I.A. todavía.
Mi intención es poner sobre la mesa que parece que hay editoriales, líneas de juego y productos que se sostienen o surgen gracias a la ayuda de gente que tiene los juegos de rol como ocio y no como profesión, o al menos son personas que a priori no podrían considerarse capacitadas para realizar algunas tareas. Por poner un ejemplo, muchos juegos y aventuras están escritas y diseñadas por gente que entraría en esta descripción. Y repito, con eso no quiero decir que el resultado sea malo. Pero la realidad en este caso es que hay bastantes títulos publicados están escritos por alguien que no se dedica regularmente a ello. Pero bueno, este es un caso especial porque… sino las editoriales no dan oportunidad a autorías nuevas ¿Quién lo va a hacer? Y además ¿Dónde se saca el título para escribir juegos de rol?
Evidentemente esto es muy generalista y no es algo que se centre únicamente en la escritura de textos o ilustración, que son cosas de las que se habla habitualmente. Además, hay editoriales que no funcionan o actúan de este modo, al igual que hay editoriales que para unas cosas son muy profesionales pero para otras, meh… parece que no tanto.
Y si, digo «parece» en lugar de afirmar porque hablo de la sensación que tengo. ¡Vaya! Parece que para empezar fuerte me he desinflado muy pronto.
No sé si me estoy haciendo entender. Cuando hablamos de una empresa, se espera (o al menos yo espero), ciertas conductas asociadas con una imagen de seriedad, de orden, de existir una metodología, planes, y una visión de cara al consumidor. Que puede ser un mito, no digo que no, pero creo que en nuestras cabezas da la sensación que debería de existir unas formas, al menos de cara al público. Como una comunicación adecuada tanto por redes sociales como por otros medios, como email y teléfono. Se espera que los responsables de comunicación consulten antes de contestar en redes sociales y que las editoriales comprueben que ocurre antes de decirle al CM que decir. Se espera que cuando hagan un comunicado, se haga con ciertas condiciones, invirtiendo en medios y no desde el salón de su casa. Se espera que todos los implicados en un producto, cobren un sueldo adecuado, que el acabado de dicho producto tenga un mínimo de calidad, se publique sin errores, etc.
Y es que, en realidad, hay editoriales que conocemos y apreciamos muchísimo, que están formadas por un grupo de gente que se conocen y que aman esta afición. Gente que se agrupa y que echan los restos para hacer lo que aman y publicar lo que creen que quiere la gente o simplemente aquellos juegos que a quienes forman la editorial les flipa. Gente sin apenas medios, pero con cierto saber y muchas ganas. Gente que cierra los ojos y hacen que esto sea posible.
Y ojo, ninguna crítica por eso. Gracias a ese arrojo y a pesar de sus escasos medios tenemos un montón de novedades cada año. Conozco a varias de esas personas. A algunas las aprecio muchísimo. Valoro cada esfuerzo conocido y no conocido. Valoro la diversidad de opciones de juego y títulos que tenemos gracias a su trabajo. Y a pesar de ello, al ver las formas, da esa sensación de que, verdaderamente, son un grupo de amigos que han hecho de su afición una editorial. Pero sin profesionalidad. Espero no ofender a nadie, porque el trabajo que hay detrás de una editorial es enorme.
También está el caso de editoriales que se sirven de la afición para pulir sus productos. Que en ocasiones me suena a eso que hacen las empresas de videojuegos de hacerte pagar por un producto a medio terminar y al que le vas sacando los fallos mientras juegas.
En el caso de los juegos de rol, es muy frecuente tener a un grupo de personas a las que se les pasa el material antes de maquetar para que encuentren fallos que quienes se responsabilizan de la corrección o maquetación no han visto. Al menos en este caso, quienes hacen esto suelen verse recompensados con la entrega del material que han revisado, lo cual está muy guay como aficionado porque te llevas material a coste cero de una línea de juego que te interesa mucho. No es el timo que sucede con los videojuegos. O al menos eso creo.
Cambiemos de tercio, aunque no se quien estará detrás. En este tema los consumidores son un punto clave. Porque no todo este asunto recae sobre las espaldas de las editoriales.
¿No tenéis la sensación de que no importa que se explote a los trabajadores mientras tengamos nuestros jueguicos baratos?
El dinero es algo clave en una empresa y creo que todo el mundo sabe que todas las empresas buscan ganar dinero. Aunque es cierto que en algunas editoriales de rol parece que esas ganancias son mínimas y tan sólo quieren ver publicadas esas obras que tanto aman.
Cuando una de estas pequeñas editoriales presenta las cuentas públicamente y muestra que, para esa editorial, sacar un juego de rol es inviable si se quiere ganar dinero, nos debemos de hacer muchas preguntas. Y si alguien ha leído esas muestras de cómo funciona una editorial por dentro y no le hace recapacitar, es que no le importa nada un carajo, aparte de que su biblioteca rolera aumente a cualquier coste.
Si, en ocasiones la realidad es esta. Cuentas en mano, hay juegos de rol que se publican a pérdidas. Y si el producto o editorial sale adelante es porque son los socios/as quienes realizan parte de las tareas que implica publicar un producto, siendo remunerados por un valor mucho menor que si esas funciones las hiciera alguien contratado para las funciones específicas. Si se paga a alguien para cubrir cada una de esas funciones, el precio a la venta de esos productos aumentaría y ¿estaría la afición media dispuesta a pagar el verdadero valor de ese producto? Me voy a atrever a responder esta pregunta: no.
Cuando el propio equipo de la editorial no cubre las necesidades mínimas para la publicación de un producto, se paga a personal para que lo realice. Puede que sean trabajadores a cuenta de la empresa, autónomos, freelancers, etc. No sorprenderé a nadie si digo que hay editoriales que pagan tarifas bajas en las traducciones, correcciones, e ilustración, etc. Es posible que la ilustración sea lo mejor pagado o eso parece, y aun así no da la sensación de que, en España, siempre se pague adecuadamente.
Y repito, esto no es cosa de tooooodas las editoriales. Que las habrá que paguen bien, las habrá que paguen peor. Pero da la sensación, que los juegos de rol en España se sacan pagando los trabajos que conllevan su publicación por debajo del precio que debería. Sea porque el personal cubre los trabajos o porque se paga por debajo de lo adecuado. Y sin embargo, el consumidor medio se queja de que un juego de rol cuesta mucho.
Recuerdo cierta conversación, en la que le dije a un autor que no me parecía caro un suplemento de tapa dura de 65 páginas por 20€ si el producto final merecía la pena. Que lo que no se podía hacer era querer que todos los juegos de rol cuesten 10€. El discrepaba porque si un producto así tiene ese coste ¿Qué valor tiene un producto de 300 páginas en tapa dura? Y yo pregunto, si no estamos dispuesto/as a pagar el precio que vale un producto en el que la totalidad de las personas que han estado implicadas han cobrado adecuadamente por su trabajo ¿Qué industria del rol queremos? De nuevo me voy a atrever a responder: una basada en la explotación.
Como todo hijo de vecino miro por mi bolsillo. Compro lo justo y si hay algo que no me lo puedo permitir no lo compro. Pero no pido que los precios de un material que lleva el trabajo que tiene un manual o suplemento de rol salga por lo que vale un comic en formato revista de Marvel. La acumulación no me sirve de nada. Pero lo que es peor, exigir que el rol no se venda al precio adecuado lleva a la explotación laboral, a los recortes, al uso de I.A., a la pérdida de calidad… Y no quiero que el rol que compro sea a costa de la explotación de una persona. Prefiero tener una selección menor de juegos, por los que he pagado más, que tener un juego a costa de la explotación de quien los hace posibles.
Veo que he nombrado la palabra explotación cuatro veces en este párrafo. Es una palabra muy dura, pero es la que se usa cotidianamente cuando se habla de una empresa que exige un trabajo con unas condiciones y salario inadecuados. No me atrevo a decir que ninguna editorial de rol en España explote a sus trabajadores, porque no tengo pruebas. Sin embargo creo que es la palabra adecuada para el mensaje que quiero aportar ¿Ya te estás desinflando de nuevo?
En esto las editoriales tienen que poner límites. Decir ¡esto es lo que vale el producto! Hacer ver a los consumidores los costes reales de los productos y poner precios adecuados, con los que puedan pagar apropiadamente a quien escribe, traduce, corrige, ilustra, etc., además de los otros costes de su producción. Pero sabemos que si lo hacen así, es muy posible que no vendan la cantidad de títulos que hay en el mercado. Porque mucho pedir y exigir, pero no lo compramos en castellano cuando ese juegaken tan guay que vimos en las novedades en inglés, en castellano se vende por 60€, porque la tirada en España no permite un precio menor.
El juego de rol bueno, bonito y de novedad, pero barato, es el juego de rol de los fariseos. ¡Buah! Como eslogan esta frase es la leche, pero me van a caer las del pulpo por ella.
Y este tema de precios, de trabajadores, de explotación, etc. nos lleva al siguiente punto.
¿Son las Inteligencias Artificiales el futuro de los juegos de rol?
Las I.A. son el producto de moda. A toda la peña le hacía mucha gracia el juguetear con ellas, modificando fotografías personales, preguntando que sabe internet de nuestra persona, creando imágenes de chicas hent… digo, ilustraciones para las partidas de rol, etc., hasta que los artistas empezaron a reivindicar que su uso era inadecuado. Luego más gente se sumó a esas reivindicaciones cuando sospecharon que podían ser reemplazados en sus trabajos. Y lo último que sabemos, en cuanto a juegos de rol, es que Hasbro y Wizards of the Coast se contradicen en usar o no usar I.A. para sus productos.
Pero no nos engañemos, han venido para quedarse. Y si es para peor o mejor para la industria lo decidirá cuantos productos publicados usando I.A. se venden. ¿Por qué? Pues porque cualquier editorial está interesada en usar una tecnología que abarate sus productos y estos sean más rentables. Bueno, en el caso del rol en España puede que simplemente rentables.
Y es que como dije en el artículo en el que hablaba sobre los comentarios del C.E.O. de Hasbro (https://www.elclubdante.es/hasbro-intenta-normalizar-el-uso-de-inteligencias-artificiales-en-dungeons-dragons/), el uso irresponsable de I.A. conlleva la sustitución de trabajadores, pero no únicamente eso. Corremos el riesgo de que la calidad de los productos sea peor.
Alguien podría pensar ¿Peor aún? Creo que de sobra son conocidas las erratas y fallos de traducción de algunos productos. Fallos que normalmente no son tantos como se dicen, aunque en algunas ocasiones son un despropósito. Arco X, te miro a ti.
Y sin embargo, tal y como esta tecnología funciona actualmente, imaginad que alguien decide publicar un juego y usa un traductor online, corrector automático, ilustraciones generadas por I.A… y después una única persona revisa el material, puede que incluso lo maquete porque se le da bien.
Hacer esto, con la tecnología actual, es un despropósito. Pero el miedo está en qué serán capaces de hacer las I.A. dentro de unos años. Porque este tipo de tecnología mejorará y no sabemos hasta donde pueden llegar. Y sin embargo… un equipo de una persona no es un equipo. Es alguien que, por muy hombre o mujer orquesta que sea, tiene sus fallos y conocimientos limitados. Y necesita de otras personas que completen el equipo para revisar el trabajo que una única persona ha realizado. Trabajo que, según el acabado, será mejor o peor y que, a no ser que sea otro hombre o mujer orquesta, no tendrá capacidad de revisar con criterio todos los aspectos de título a publicar ¿Queremos juegos así?
Y hay un temor más. Es posible que esta forma de publicar rol funcione. Y es posible que salgan buenos juegos y más baratos. En ese momento el rol creado por artesanalmente no tendrá capacidad de competir por precio contra las I.A., a no ser que se explote a quien realiza los trabajos. En el caso que no haya competencia por personas que crean juegos de rol, las empresas que utilicen I.A. tendrán barra libre para aumentar los precios. ¿Sueñan los juegos de rol con dragones eléctricos?
Lo anterior es lo que se teme que pueda pasar, pero el uso de las I.A. en la industria de los juegos de rol en España es real. Bueno, en España y fuera de España. Es posible que, por ahora, simplemente sean herramientas usadas por los mismos trabajadores que antes debían de usar sus conocimientos para suplir la falta de medios. Pero no sabemos si en realidad han sustituido a personas que antes recibían una remuneración por ello.
Porque lo que es cierto es que las I.A., y la tecnología en general, hacen posible lo que antes tan sólo era posible para personal con unos conocimientos o experiencia determinados. Y esto, en una afición en la que la creatividad, el arte y su práctica en si se consideran algo humano y «artesanal», no es bien recibido. Ni siquiera entendido.
Los temores de las aventuras de Blade Runners y juegos de ciencia ficción en los que el reemplazo de humanos por máquinas es una amenaza, nos amenaza fuera del juego e irrumpe en la vida real y en nuestra forma de entender los juegos de rol. Aunque los juegos de rol y la industria de los juegos de rol sean dos cosas completamente diferentes ya que, la industria está para ganar dinero.
Visto lo anterior, si algunos de los problemas de la industria nacional son la búsqueda de reducción de costes y la competencia entre las editoriales por posicionar sus productos entre los elegidos por los consumidores… ¿Necesitamos tantos juegos de rol?
Me explico. Los juegos se abaratan para que sean rentables. También se abaratan porque hay una especie de precio no oficial establecido a partir del cual no es viable publicar algo. Pero también se abaratan porque con la cantidad de juegos de rol publicados (aquí incluyo manuales, suplementos, aventuras, etc.) la elección del consumidor impide adquirir TODO lo que se anuncia. ¿No sería mejor no publicar tantos juegos en castellano? ¿Nos puede el ansia? ¿Estoy diciendo una suprema gilipollez?
Posiblemente sí. Sobre todo porque estamos hablando de empresas… y las empresas existen para ganar dinero… y más productos significan más ganancias…y las empresas más grandes tienen más posibilidades… y sólo traen productos que saben que van a funcionar… y los productos que no se sabe si funcionan los traen las editoriales pequeñas, con menos medios y que también tienen derecho a publicar lo que les gusta… y quien consume también tiene derecho a comprar los productos que le gustan en su idioma vernáculo… it’s all very complicated, mejor relax with cafe con leche (con azúcar y descafeinado de sobre) in Plaza Mayor.
¿Alguien puede responder a esa pregunta por mí, por favor?
Y ante esto, hay un grupo al que debo señalar y del que siento que tiene parte de culpa en todo esto por generar expectación y ansias. ¡La élite de rol!… digo, los influencers. Es decir, influencers, YouTubers, Bloggers, podcasters, analistas de juegos… ¡yo mismo! Bueno, yo ni elite, ni influencer ni nada, pero aquí estoy, contando mis cosas y a los jueguicos que he jugado. Y lo más importante, tu leyendo lo que escribo.
Este grupo en el que me incluyo, somos gente que con nuestro trabajo, porque es un trabajo, damos a conocer juegos y con ello participamos en esa vorágine de generar ansiedad de compra, F.O.M.O., expectación y colaboramos para que se consuman más y más juegos. Es decir, ayudamos a que la gente desee consumir más, exija a las editoriales más juegos y de ese modo, formando parte de esa apisonadora y lacra de nuestra sociedad que es el capitalismo.
He de decir que si no lo hiciéramos, lo harían otras personas y si no las editoriales. La publicidad siempre ha existido y este colectivo formamos parte de ese complejo capitalista que ayuda a dar a conocer juegos y fomentando su consumo desenfrenado. Y como he dicho, también el ansia al dar a conocer las continuas novedades, mostrando fotos de lo que jugamos, reseñas de lo que compramos o nos envían, o nuestra alegría o sorpresa cuando hay anuncios inesperados.
Sincerándome contigo, sea quien seas que me estás leyendo, en mi fuero interior hay una lucha que me hace sentirme culpable por ello. Pero no he venido a contar mis penas ¡Anda, he superado la tirada de salvación de sabiduría!
He hablado de cosas muy feas. Os he puesto frente a un espejo para que admiréis vuestro interior y descubráis si hay cosas que no os gustan. He mirado en mi interior y tengo una nueva idea de aventura.
Y relacionado con quienes fomentamos los juegos hay un asunto que quiero tratar. La implicación de la industria en los eventos.
Los eventos son un enorme escaparate. Allí hay oportunidad de probar juegos que no tenemos para comprarlos posteriormente. Y evidentemente las editoriales apoyan estos eventos porque les conviene. En ocasiones ponen stand, en otras envían juegos, algunos llevan demostradores… y además, es una publicidad muy barata ya que la mano de obra no la ponen ellos, la pone la afición ¡Y ni siquiera tienen que pedir que se haga!
Hay editoriales que hacen eventos pero son las que menos. Es un curro enorme donde únicamente se recibe ganancias espirituales. ¡Huy, que bien ha quedado eso! Y bueno, ayuda a mantener el ego, que en ocasiones no viene mal, aunque mucho ego puede generar problemas.
Si el evento lo hace una editorial las ganancias también generan publicidad y posibles cuantiosas ventas, pero aun así, montar un evento es un follón en el que pocas se quieren involucrar a montar. Pero si ayudar.
Y esto me recuerda un poco a esa idea en la que describía como funciona las editoriales pequeñas: Todo se sostiene por amor a la afición y por la afición.
¿Pero, podrían involucrarse las editoriales más?
Ya sabemos los problemas que algunos grandes eventos nacionales han tenido con los ayuntamientos. A mí me toca muy cerca la cancelación de la Noche Insomne, pero no es un caso aislado. Y tampoco afecta únicamente a los grandes eventos. De hecho, creo que esto se conoce porque los eventos grandes hacen más ruido, pero los problemas con los eventos pequeños son más frecuentes.
El caso es que está muy bien que una editorial venga y ayude. Se les agradece mil. Y este es un agradecimiento sincero. Pero creo que algunas editoriales, o quizás todas, deberían de tratar de ayudar un poco más.
No me refiero a ayuda económica, presencial o publicitaria. Eso ya está y reitero, se agradece muchísimo. Me refiero a ayudar a presionar a los municipios. A hacer ruido para que la afición se normalice en la sociedad. A que si se cancela un evento, las empresas exijan la reparación de sus daños al ayuntamiento y vean que esto no es cosa de cuatro frikis. Me refiero a no dejar que el peso de esto lo tenga únicamente la afición.
Es posible que me equivoque, pero tengo la sensación de que necesitamos que las editoriales hagan bloque en ese sentido. Un apoyo frente a todo el aparato gubernamental que nos mira con desprecio, ante esa sociedad que poco a poco se acostumbra a os juegos de rol gracias a las series de televisión.
¿Qué tienen que hacer y cómo? Mira, a mí no me mires, yo aquí solo le doy a la tecla, juego a rol y de vez en cuando ayudo a montar algunas jornadas.
Hipocresía, explotación, capitalismo, industria basada en el trabajo de la afición… pues se ha quedado buena tarde ¿no?
Es posible que en algunas o muchas de estas cosas esté equivocado y en otras muchas me falte información, pero hay cosas que no me gustan y creo que deberían de cambiar. ¿Qué opinas tu?
