Hoy vengo a hacer una autocrítica en la que englobare a los medios poniéndonos a nosotros los primeros.
Desde hace un tiempo vengo a oír a compañeros de medios dar ciertas informaciones en las que apenas hay una base sostenible. Muchas veces estas vienen de frases tan ambiguas que carecen de sentido casi desde su inicio.
Las frases “era algo así” “no se muy bien como es” “he oido” y otras muchas de este tipo no nos pueden servir como aliciente para crear una crítica mordaz hacia cualquier sector de nuestra afición.
Lo más preocupante de todo esto es que casi siempre esta desinformación viene acompañada de una crítica despiadada, muchas veces hiriente y en la que el comunicador se va encendiendo conforme avanza en sus palabras. Imbuidos en el mensaje crítico, el público pierde el referente de la información real indignado por lo que el medio al que sigue cuenta.
Si en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que criticamos la prensa sensacionalista que se alimenta de falsas informaciones, medias verdades o rumores; no podemos ser a su vez nosotros los que optemos por ese mismo camino.
Se que no somos medios profesionales, pero colocarnos en una palestra donde nos van a oir y/o ver X nos tiene que hacer pensar en ser por lo menos honestos con lo que hacemos.
No digo que no deba hacerse la crítica ante algo que entendamos que se ha hecho mal, pero si es el mejor momento y en el que más nos debemos de cuidar de que lo que contamos tenga una base fiable. Informarnos lo máximo posible de lo que vamos a criticar debería ser nuestro objetivo principal porque así, conseguiremos dar una información fiable y haremos una crítica fundamentada.
Puedo entender la manida frase de es mi medio y en él hago lo que quiero o la de no soy un profesional pero, si nos atenemos a casi cualquier cosa que suceda en nuestro alrededor, debemos tener en cuenta que cuando criticamos algo con una base sostenida con hilos aunque rectifiquemos el daño ya está hecho.
Si critico la falta de comunicación de una editorial (Algo que es una crítica totalmente fundamentada) y doy como mensaje que la editorial debería tener por lo menos una newsletter, hemos destrozado nuestro mensaje cuando se comprueba que esta editorial tiene Newsletter.
Si criticamos que las fechas que da una empresa sobre la llegada de alguno de sus productos son incorrectas y siempre andan con retrasos, no podemos criticar posteriormente que una empresa no de fechas hasta que no las tiene concretadas.
La referencia a una famosa frase que decía “no dejes que la verdad te estropee una buena noticia” es tan cruel como real. En muchas ocasiones vamos creando una bola imposible de parar que de primeras nace de un comentario, una pequeña frase sacada de contexto y en algunos casos de una información más completa.
Como no tenemos el tiempo suficiente para informarnos sobre la realidad, creamos en nuestra cabeza una historia que alimente nuestro propio enfado, el cual posiblemente no sería tan grande si alguien nos contara la historia entera, pero como no nos informamos y queremos contarle esto a nuestros seguidores acabamos con una parrafada alimentada por nuestra ira.
Nada bueno puede salir de ese mensaje, que tiene que darse y es interesante que se haga, pero al que la falta de verdad le carece de valor.
Hagamos crítica, pero hagámosla fundamentada. Debemos informarnos de lo que vamos a hablar para que quien reciba la información no la reciba sesgada y por favor, no nos convirtamos en prensa sensacionalista basada en medias verdades, porque tan necesaria es la crítica como la información bien dada.