La piratería de productos digitales es algo muy extendido. Creo que es poco frecuente conocer a alguien que no haya consumido o descargado en alguna ocasión un disco musical, una película, un videojuego, un libro o, acercándonos a aquello a lo que nos dedicamos en Club Dante, el PDF de un manual o suplemento de rol o de las reglas de un wargame.
No seré yo quien abogue o criminalice la práctica de la piratería y tampoco quien critique a quien lo hace. Cada uno tiene sus razones. Hay quien no tiene recursos económicos y recurre a esta práctica. También hay quien se autoimpone una especie de código o límite personal para justificar el material que descarga: sólo grandes editoriales, sólo material descatalogado, sólo material antiguo imposible de conseguir en físico a un precio adecuado… la verdad es que poco importa, el acto piratil es el mismo. Pero las consecuencias no.
Detrás de cada producto publicado hay una o varias personas que han dedicado su tiempo y recursos en la creación de ese producto. Hay grandes empresas que pueden absorber ciertas pérdidas a causa de la piratería y hay pequeñas empresas a las que esa práctica les causa mayor daño. Imaginad si este acto afecta a un autor independiente que autoedita, distribuye y vive exclusivamente de su trabajo.
Y es que os parezca bien o mal piratear, como he citado anteriormente, las consecuencias de piratear un tipo u otro material no son las mismas.
Este artículo surge a causa de un hecho que personalmente quería denunciar y dar a conocer. A finales de octubre de 2023 Juancho Duma, un autor de rol español residente en Ecuador, manifestó en redes sociales que el material creado por él mismo para la línea Agencia Especial fue puesto a disposición libre de una página de descargas piratas de material rolero.
Aunque el material ya ha sido retirado de esa web, al menos de manera abierta, durante el tiempo que ha permanecido a disposición de libre descarga el autor ha perdido más de 200€ cada mes.
Juancho es un autor del que no hemos hablado en Club Dante y un día deberíamos de remediarlo, pues su obra es prolífica y su presencia constante en las redes sociales.
Antes he dicho que no critico a quien practique la piratería, pero si denuncio el daño que ciertas prácticas pueden hacer a un autor cuando esa piratería afecta a sus recursos para vivir.
Y es que aunque la piratería puede afectar más o menos a aquellas empresas que venden sus productos en PDF, cuando nos referimos a una persona que vive exclusivamente de eso, el daño comparativo es mucho mayor. De hecho, el daño es personal.
Si una persona descarga un producto, el daño podría decirse que es mínimo.
Si una persona recopila todo el material con el que un autor obtiene sus beneficios y lo pone al alcance de todo el mundo, haciendo que ese autor no reciba sus ingresos mensuales, está acabando con la forma de vida de esa persona y posiblemente impidiendo que ese autor cree más material de rol. Jugar con el pan de cada día de la gente está feo.
Y es que si la descarga de productos ya crea un daño considerable para esta clase de autores y editoriales pequeñas, el acto de subir todo su material y ponerlo a disposición de todo el mundo para no pasar por caja es malicioso o de ser completamente inconsciente de los actos. Un hecho que como mínimo nos debería de hacer reflexionar.
Esta serie de descargas no son necesarias para nuestra vida diaria. No las necesitamos para dormir bajo techo, para comer o cuidar de los nuestros, pero el dinero que consiguen sus autores si van destinados a ello.
Si esta clase de productos se adquieren a un elevado precio, como pueden ser manuales de editoriales importantes, se podría rascar algún argumento a favor de la justificación de piratear un producto. Pero es que ni siquiera eso. Muchos de estos autores consiguen sus beneficios a través de patreons o con donaciones tipo «te invito a un café», cuyo aporte mensual es irrisorio.
Y ojo, me parece muy bien no querer aportar a esta clase de mecenazgos, porque lo son, estás apoyando a un autor para que se pueda dedicar a crear rol, pero otra cosa muy distinta es adquirir su material y no apoyarlo económicamente cuando es su forma de ganarse el pan. Eso es algo que no me parece correcto.
Es egoísta querer que alguien elabore un material que te gusta y vas a usar, pero no querer apoyar a quien dedica su tiempo para disfrutarlo.
Quiero pensar que quien hizo estas cosas a Juancho y a otros autores independientes lo hizo por ignorancia y no por maldad. Pero eso no quita el daño que ha causado.
Quizás todos deberíamos reflexionar sobre este asunto. De la necesidad de adquirir material para llenar nuestras bibliotecas virtuales simplemente por afán de adquisición, por consumismo, en lugar de valorar el trabajo, el esfuerzo de la gente y pensar si esa es su manera de ganarse el pan. Valorar a quienes verdaderamente sufren las consecuencias, positivas y negativas, de la manera de adquirir esos productos.
Para finalizar os dejo el enlace del patreon de Agencia Especial, por si alguien quiere valorar el trabajo de Juancho y apoyarlo.