Hoy nos toca traer la reseña de Lacrimosa, un juego con una ambientación singular que Devir Iberia ha vuelto a adornar con una producción brillante.
Lacrimosa, vida y obra de un genio de la música
Ficha
Lacrimosa
- Diseño Gerard Ascensi, Ferran Renalias
- Ilustración Jared Blando, Enrique Corominas
- Devir Iberia
- 1-4 jugadores
- 90 minutos
- +14 años
Introducción
Lacrimosa es un juego de mesa que se basa en la vida y muerte del compositor Mozart. El juego utiliza parte de su vida y lo acontecido después de su muerte para alimentar la temática del juego, en este aspecto hay que destacar el trabajo del autor quien utilizó sus conocimientos y un amplio estudio de Mozart para ambientar este título.
¿De qué va?
Lacrimosa es un juego de corte eurogame con un claro y definido motor de cartas, es muy posible que cuando lo juegues te recuerde en su uso de las cartas a Lisboa aunque aquí el sistema está más simplificado.
Cada una de las cartas de nuestro mazo tienen un doble uso, con una parte alta que representa una acción y una parte baja que representa un beneficio.
A lo largo de los turnos de los jugadores, tendremos que decidir siempre el uso de dos cartas las cuales irán una de ellas por la parte alta de nuestro tablero y otra por la parte baja, estas cartas representan una acción (carta alta) y un beneficio al final de ronda (carta baja).
Estas cartas son el eje del juego el cual comenzaremos con un mazo inicial que podremos ir mejorando cada ronda con un mercado que nos va proporcionando cartas cada vez más potentes.
Una de las cosas importantes del juego es que a pesar de que podamos comprar cartas nunca dispondremos de más de 9 cartas y es que nuestro mazo se mejora con las compras pero nos obliga siempre a sustituir.
Además de las cartas que van en nuestro mazo, tendremos otro tipo de cartas que son representaciones, estas cartas no van a nuestro mazo si no que las tendremos disponibles en nuestra zona de juego para realizar la acción de representar obra o vender obra.
Cada ronda de juego está constituida por 4 turnos para cada jugador, en el que usaremos 2 cartas por turno sobrándonos una al final de la ronda que podremos usar en la ronda posterior.
Acciones
Las cartas nos servirán para realizar diferentes tipos de acción:
Comprar cartas
- Cartas de acción, cuando vayamos al mercado uno de los tipos de cartas que podremos comprar son las cartas de acción que mejoran las que vienen como mazo inicial en el juego.
- Cartas de representación, son un segundo tipo de cartas encaminadas a obtener puntos de victoria o dinero con ellas.
Viajar
Al más puro estilo Los Viajes de Marco Polo, Lacrimosa nos ofrece un mapa por el que podremos movernos y activar las diferentes localizaciones a las que lleguemos.
La gracia está en que a diferencia de otros juegos en Lacrimosa tendremos un único meeple común que representa a Mozart el cual podrá mover cualquier jugador llevándose los beneficios de la localización en la que finalice su movimiento.
Cada loseta de localización una vez que es usada se retira de la ronda y solo se repone al final de la misma.
Una cosa importante es que las localizaciones que no visitemos mejoran sus beneficios para la siguiente ronda haciendo más atractivo visitarlas.
Representar o vender obras
Esta acción nos permite utilizar una de las obras disponibles en nuestra zona de juego, si la representamos obtendremos un beneficio menor que suele estar asociado a la economía, en cambio si la vendemos obtendremos un beneficio mayor que suele estar asociado a nuestras finanzas y a ganar puntos de victoria pero perderemos la carta para el resto de la partida.
El Requiem
Esta es la parte donde está el mayor jugo del juego, una sección de lucha de mayorías y mejora del motor del juego que iremos visitando cada vez que podamos.
En El Réquiem los jugadores piden ayuda a diferentes autores para intentar acabar las obras inconclusas de Mozart.
Esto nos hace añadir una serie de marcadores a cada una de las obras que como hemos dicho nos sirven para puntuar en un sistema de mayorías y para generar un motor de beneficios con unas losetas que iremos consiguiendo cada vez que pongamos un marcador.
Estética y componentes
Ya hemos hablado en diversas ocasiones del trabajo de David Esbri en las producciones de Devir Iberia y aunque pueda parecer que nada puede sorprendernos, llega el bueno de Esbri y se saca un nuevo as de la manga.
El elemento más llamativo del juego es sin duda el tablero personal, representación de un cuaderno de partituras que se abre como un libro y nos presenta un tablero de triple capa.
Si unimos esto a la calidad ilustrativa del mismo, tenemos la joya de la corona, un elemento que hace que el juego resalte.
Además, el tablero tiene una funcionalidad muy bien pensada tanto en el uso de las cartas que necesita esas pestañas para colocarlas, así como en lugar para guardar recursos o situar los diferentes tracks.
Escalabilidad
Hablar de Lacrimosa es hablar de su original sistema de mayorías, una forma de actuación que no es tan común y que en este juego le añade una gracia adicional.
Pero claro, si uno de los atractivos de un juego son las mayorías, este no va a brillar tanto cuando bajemos el rango de jugadores.
Por otro lado, Lacrimosa busca la interacción también en el mapa, con un Mozart moviéndose por aquí y por allá, y en el que nuestros planes se pueden ir al traste si nos quitan las localizaciones que queremos o si nos mueven a Mozart lejos de nuestros objetivos.
Todo esto hace que el juego se resienta a 2 jugadores dejando la experiencia bastante descafeinada. Un título que donde mejor funciona es a 3 o 4 jugadores, incluso por lo rápido que es diría que a 4 es su mejor número.
Conclusiones
La firmeza con la que Devir está atacando la producción propia hace que las expectativas con sus juegos sean cada vez más altas y aunque no tenemos dudas de que aún hoy las licencias son el plato fuerte de la editorial, su proyecto es que la producción propia coja el máximo peso posible.
Hecho este receso vamos con lo que ofrece Lacrimosa, estamos ante un juego con un motor de carta muy bien planteado y en el que el control es parte importante, sus diseñadores han escogido muy bien el hecho de que siempre nos manejemos con 9 cartas algo que nos permite saber qué va a ir apareciendo en nuestra mano, pero que también nos obliga a tomar decisiones importantes sobre qué eliminar.
Este sistema es lo que más disfrutable me parece del juego, como hacerlo crecer y como desarrollarlo hacia tu estrategia midiendo siempre el impacto que va a tener la carta que compras y que gastas una acción de las tan solo 20 acciones que vas a tener en toda la partida.
El otro efecto llamativo del juego es su original sistema de mayorías en el que no buscamos ser el jugador con más impacto en el Requiem, la idea es que va a haber una mayoría de corchea o semicorchea y que cada uno de nuestros marcadores puntuará en función de si es de la mayoría o no.
Esto se une a que cuando entramos en el Requiem además ganamos un bonificador en función del marcador colocado y claro puede pasar que nos dé más puntos uno por la mayoría pero que el bonificador que nos interese sea el del otro ¡Decisiones!
En la parte más negativa del juego nos vamos a su variabilidad y es que con las partidas ves que el juego no tiene tantos caminos posibles a explorar como parece al principio, esto que para mi no es beneficioso puede ser que para ti si lo sea, mídelo y decida.
Cierto es, que en las primeras 4 o 5 partidas no llegue a tener esa sensación, a partir de la 8 o 9 lo empiezas a notar y ahora con más de 15 me planteo que sea un juego que necesite cierto reposo.
Vamos cerrando esto que se nos hace largo, Lacrimosa es una propuesta sólida de Devir que si quiero hacer la comparación con Bitoku diré que no se me parecen en absolutamente nada pero que disfruto más de Bitoku. Esto no hace de menos a Lacrimosa, un juego sólido con dos importantes puntos de apoyo que aguanta bien el peso de las partidas y en el que encontrarás sensaciones diferentes, con su reposo será un juego de mantener en la colección.
Valoración Subjetiva
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