A pesar de que actualmente cuando juego a rol con mis hijos utilizo juegos como Pathfinder 2 ed o Dungeons & Dragons 5 ed, no son los únicos juegos de rol que he utilizado para jugar con ellos y por supuesto, no fue el primer juego que empleé.
El primer juego de rol que empleé para jugar con mi hijo mayor fue Pequeños Detectives de Monstruos (PDM), del cual hice una reseña hace algún tiempo, y comencé a jugar con mi hijo mayor cuando tenía tan solo tres años.
Pequeños Detectives de Monstruos, su 1º aventura
A esa edad, mi hijo mayor tenía mucha dificultad para hablar. Empezando infantil, apenas decía palabras y eso que había ido un año a la guardería. Era frustrante y por supuesto, me preocupaba como padre.
Médicos y profesores coincidían en que necesitaba motivación para hablar, entre otras cosas. Y fue por ese motivo que comencé a jugar con él, ya que la comunicación es esencial en esta clase de juegos.
Con el tiempo, mi hijo mayor empezó a hablar hasta hacerlo de manera normalizada y por supuesto, el rol NO fue la solución, pero ayudó. Es decir, fue una cosa más entre todo lo que entre médicos, psicólogos, profesores y padres intentamos para que hablara correctamente.
Pequeños Detectives de Monstruos fue un juego con el que he jugado mucho con mis hijos, primero con el mayor y luego también con la pequeña. También lo he empleado en alguna ocasión para jugar con sus amigos y una vez lo llevé como actividad del colegio, siendo una experiencia bastante grata.
Al igual que yo en su día, cuando mis hijos eran más pequeños, buscaba información de cómo jugar a rol con mis hijos, recientemente encontré mensajes en twitter (o llámalo X) de un padre buscando artículos o ayudas para jugar a rol con su hijo o hija de tres años, de modo que decidí escribir un artículo con algunos consejos que a mí me ayudaron y funcionaron en su día.
Como Jugar a Rol con niños muy pequeños (3-5 años)
Lo primero de todo es tener claro que los niños tienen que querer jugar. Si no quieren jugar, jamás hay que obligarles.
En realidad es fácil engatusarlos para que lo prueben. Cada padre y madre con un mínimo de interés en sus retoños sabe que les gusta o cómo hacer que pruebes cosas y más a esas edades. Si no es un día, será otro.
Otra cosa a tener en cuenta es que el tiempo de juego debe de ser breve. Entre 30 y 60 minutos es algo que creo adecuado para que niños de esa edad puedan mantener la atención si a lo que jugamos con ellos les gusta.
Por supuesto, si una vez empezada la partida se aburren y quieren dejarlo, la aventura termina y se deja para otro día. No debe de suponer ningún problema ni trauma. Los niños de esa edad tienen una capacidad de atención limitada y obligarlos podría ser contraproducente.
En cualquier caso, en estos casos lo importante no es la aventura o el juego, sino el tiempo que estamos pasando con ellos. Un tiempo de calidad. Teniendo eso en cuenta, la calidad del tiempo que pasamos jugando a rol con ellos es lo que dura su diversión.
La libertad de movimiento, las ayudas visuales y estímulos varios siempre son bien recibidos.
No podemos creer que vayamos a poder tener sentado a un niño de 3-5 años durante 30-60 minutos. Algunos lo harán, pero muchos otros no y no debemos de tenerlo en cuenta.
Es por eso que la mejor manera de jugar a rol con ellos y a Pequeños Detectives de Monstruos en concreto, es fuera de una mesa, como si fuera una yincana o rol en vivo light. Es como empecé yo a hacerlo y la manera que creo que fue más divertida. Luego fui alternando partes del juego en la mesa y otras jugando por la casa (o en el parque).
Sin embargo, hay que tener cuidado con los estímulos que utilizamos. Quizá pensemos que apagar la luz es buena idea por algún motivo, como ayudarle a no tener miedo, pero apagar la luz suponga un problema. En ese caso no se utiliza ese recurso.
Hay que tener mucho cuidado con ese tipo de detalles porque los niños son muy fácilmente influenciables y se asustan en seguida. Lo sé por experiencia y seguro no fui el único.
Paciencia, que es la madre de todas las ciencias. Esto es algo que debemos tener con infantes y también con adultos, pero con niños pequeños la ración es doble. No por sus salidas y ocurrencias, sino por los berrinches, porque no entienden algo, negaciones sin sentido para nosotros y un largo etcétera. Paciencia y tratar de entender al niño son imprescindibles para jugar con ellos.
Las aventuras deben de ser cortas, muy sencillas y directas. A esas edades no se entienden de giros de guión, de engaños ni de subterfugios. Las aventuras iniciales deben de consistir en ir a un lugar, descubrir una pista que les lleve a otra o a un PNJ, que les da otra pista y encuentren el problema. Una vez encontrado el problema deben de buscar una solución, a ser posible no violenta. Y fin. Mediante avancen en su edad, se puede introducir elecciones más complicadas o dobles pistas, pero aun así, nunca debe de ser complejo y con un diseño lineal y breve.
El juego debe evolucionar con la edad. Al principio que el niño interaccione es suficiente. Mediante que el niño identifique colores, aprenda a escribir, los números, etc. se pueden ir incluyendo este tipo de cosas para reforzar lo que hacen en el colegio. Por ejemplo, cuando mi hijo mayor cumplió 5 años, en infantil les enseñaron a leer, de modo que en nuestras sesiones introduje pequeñas notas que debía de leer él. No recuerdo si fue con 4 ó 5 años que sabía escribir su nombre y fue el momento en que rellenó por primera vez su carnet de detective.
Esto por poner algunos ejemplos.
Por ejemplo, cuando propuse a la profesora de mi hijo llevar una partida de rol a la clase escribí una aventura basada en la búsqueda de un hueso en un museo. Durante la aventura hay momentos en los que se va explicando qué es un museo, un fósil, un paleontólogo, etc.
Por supuesto, el tema de la ventura lo traté anteriormente con la profesora, ya que era algo que habían dado en clase y creo que también habían visitado ese museo en una salida con el colegio.
Y con esto termino el artículo de hoy. Jugar a rol con niños es maravilloso y más si son tus propios hijos, pero es cierto que no está de más conocer algunas ayudas que nos puedan guiar a una experiencia más controlada o al menos, con menos sorpresas.
Espero que el artículo os haya ayudado y os ayude en un futuro. A Continuación os dejamos el enlace a la aventura que escribí para jugarla en el colegio de mi hijo mayor. Cuando le tocaba a la pequeña llegó cierta pandemia que nadie olvidará y no pude realizar esa actividad, lo cual es como tener una espinita clavada en el pecho, pero espero que vosotros la podáis disfrutar con vuestros hijos.
A Continuación os dejamos el enlace a la aventura que escribí para jugarla en el colegio de mi hijo mayor. Cuando le tocaba a la pequeña llegó cierta pandemia que nadie olvidará y no pude realizar esa actividad, lo cual es como tener una espinita clavada en el pecho, pero espero que vosotros la podáis disfrutar con vuestros hijos.
Como decía un poco más arriba, la aventura trata de la búsqueda de un hueso de dinosaurio en un museo. En el interior encontraréis todas las ayudas visuales posibles para jugar la aventura. Está ubicada en un lugar real, el Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza, donde me dieron permiso para poder utilizar las fotografías en la aventura. Si sois de Zaragoza y os acercáis a este museo con vuestros hijos y más tarde jugáis la aventura, ya veréis lo maravillosos que es que relacionen los lugares visitados con los de la aventura.