Durante la celebración de la feria de Essen 2017 se suelen juntar todo tipo de personas relacionadas con este hobby: diseñadores, ilustradores, opinadores, editores y así un largo etcétera de «ores/oras».
En una de las mil conversaciones de barra de bar que suceden en los encuentros de la feria oí atentamente, cotilla de mi, como alguien comentaba a otra persona la opinión que había leído en twitter sobre un juego, algo así como:
Pepe: ¿Has visto lo que dice twitero sobre este juego?
Otilio: No, que dice.
Pepe: Dice que la subversiva inspiración de la cuadragésima palanca del arco austral hace que la acción 2 y 3 se conviertan en una atomización de la esfera subyacente.
Otilio: Wait, wait, wait… ¿Pero el juego es bueno o no?
Como habréis podido observar, Otilio es una persona que suele utilizar muchos anglicismos, pero le queremos igual, no es el tema que nos trae al caso.
En el enésimo momento álgido de los juegos de mesa existe un sector de los denominados opinadores que se encuentra en la necesidad de aportar un punto de vista más técnico sobre los juegos de mesa. Una corriente que para dar su opinión necesita o cree oportuno utilizar un vocabulario digno de una tesis doctoral.
Desde aquí os lanzamos una pregunta que nos pone el corazón en un puño. ¿Es necesario llegar a estas puestas en escena para hablar de un juego de mesa?¿No no estamos volviendo un poco locos?
Los juegos son un hobby, un pasatiempo, una diversión que nos evade de nuestras preocupaciones diarias, no le podemos decir al pobre Otilio nuestra opinión sobre un juego de manera que el la entienda sin tener que estudiar una nueva carrera (si, Otilio estudio una carrera, no la usa, pero la estudio).
Acaso, no es mas sencillo decir nuestra opinión directa sobre un juego, sin esconderla detrás de tropecientos algoritmos. Al fin y al cabo, el pobre Otilio solo quiere saber tu opinión sobre el juego.
¿Qué opináis?