Hoy rescatamos del baul In the Shadow of the Emperor, un juego de Hans im Glück que nunca llego a editarse en castellano.
In the shadow of the Emperor, el aroma del clásico
Ficha
In the Shadow of the Emperor
- Diseño Ralf Burkert
- Ilustración Christof Tisch
- Hans im Glück
- 2-4 Jugadores
- 90 minutos
- +12 años
Introducción
Hoy vamos a hacer un poco de arqueología lúdica y nos vamos a ir hasta el año 2004, en el que un señor, llamado Ralf Burkert, diseñó un juego que vio la luz de manos de Hans im Glück.
El juego se llama In the shadow of the Emperor, o a la sombra del Emperador en castellano. Es un juego de esos que podemos llamar eurazo clásico, que cumple con todos los requisitos de la época.
Estética y Componentes
Empecemos con el tema de los componentes, el juego viene con un tablero bien, con unas losetas de buena calidad, unas cartas que aguantan bien el manejo en las manos y unas fichitas de lo normal para esta época. Lo que tenemos que comentar a este respecto es el tema del arte gráfico, el arte del juego es espartano, por no decir feo, pero lo más habitual en el momento en que se publicó, es decir, juegos que son más bien feos y que tienen lo justo y necesario para que se pueda jugar, ni más ni menos.
¿De qué va?
In the shadow of the Emperor es un juego en el que nos vamos a poner en el papel de señores nobles de la época, y vamos a pegarnos con nuestros semejantes por el control de los diferentes electorados, con el objetivo de conseguir tener la mayor cantidad de votos posibles y ser elegidos emperador, que nos dará algún beneficio que otro.
La mecánica, por ende, las reglas, son de esas que decimos que son sencillas, aunque sí es cierto que tiene una pequeña parte de estrategia que cuesta ver de primeras.
Vamos a jugar a lo largo de 5 rondas, en las que vamos a intentar colocar a nuestros nobles en los electorados para ser los que más molemos.
Un recorrido muy rápido por las fases, para luego adentrarnos un poco más en alguna de ellas. Vamos a tener una fase de ingresos donde cobremos pasta, una fase en la que tendremos descendencia y haremos algo con ella, una fase de acciones con la chicha del juego, las elecciones en cada uno de los electorados, ver si el emperador sigue igual o hay cambio del mismo, y continuamos para bingo.
Como buenos nobles vamos a contar con una corte de nobles y unos pocos caballeros, estos últimos son unas fichas pequeñas que nos ayudarán, pero que tendrán un papel relevante de vez en cuando. Los nobles con los que vamos a contar son unas fichas que tienen dos características, la primera es que por un lado sale una cara sola, mientras que por el otro salen dos, esto quiere decir que están casados. Y la segunda es que tienen un número en cada uno de sus lados (15, 20, 30 y 45) que representa la edad de estos, y aquí tenemos una de las genialidades del juego, los nobles se van haciendo mayores y pueden morirse los pobres.
La fase principal, donde vamos a hacer las acciones, se realiza mediante la compra de cartas. Cada jugador va a disponer una cantidad determinada de dinero, y cada carta, aparte de una acción asociada, tiene asignado un coste y un color.
Lo primero es el color, casi todas las cartas son azules o rosas, esto va a determinar qué descendencia vamos a tener en la siguiente ronda, si hemos usado más cartas azules tendremos un hijo, de lo contrario una hija. Si, esto no es muy apropiado hoy en día, pero estamos hace unos siglos. Si encima decimos que las hijas las podemos enviar a casar con otros nobles (ante lo cual ese jugador tendrá un noble casado) o enviarla a un convento, ya ni te cuento.
Sobre las acciones que nos van a dar, tenemos desde convertir a uno de esos caballeros en caballero, casar un noble, moverlos de sitio, construir una ciudad, usar unas pócimas muy ricas que sirven para rejuvenecer, o para envejecer a los nobles, y luego las que van a poder afectar a la elección imperial.
Solamente mencionar que hay una carta que es la del rival del emperador, esta carta es la última que va a poder coger un jugador, y es la que va a determinar si hay pelea por el trono.
Una vez que se han hecho todas las acciones es cuando viene ver quién ha ganado cada electorado, hay 7 electorados, de los cuales 3 son laicos y 4 son sacros, y esto tiene mucha relevancia.
En primer lugar, las cartas que se han cogido y que afectan a elecciones tienen en cuenta si es laico o sacro, y segundo, como buenos electorados sacros, un noble que esté casado no va a poder ser regente de un electorado de este tipo, aunque sí puede ocasionar que queden vacantes.
En este punto viene un consejo estratégico, que es el que decíamos que es un poco oscuro. Cada electorado va a dar un bonus al regente (pócimas, nuevos nobles, más votos…) y dará unos puntos muy ricos al nuevo regente, esto es, al nuevo regente. Si el noble conserva el electorado, no se llevará los puntos, y esto es algo a lo que no solemos estar acostumbrados, lo bueno para sacar puntos ricos de esos que nos van a permitir la victoria es ir alternando las regencias, por supuesto que tienes que ganarlas, pero no siempre en el mismo lugar.
Hablemos ahora de la elección del emperador. Si uno de los jugadores ha elegido la carta de rival se producirá la elección del emperador, si nadie la ha elegido, el emperador seguirá igual.
Si hay elección cada electorado dará un voto (en un principio), el jugador que cogió el rival, obviamente, está en contra del emperador, y el emperador está a favor de sí mismo. El resto de los jugadores van a votar en secreto a favor de quien están, y le ayudarán con sus votos (si se vota al ganador se llevan un punto).
Ser emperador es bueno, te da un pequeño bono, pero es que además será el que decida en todos los desempates, ¿Qué tenemos los mismos nobles en un electorado? Nada, el Emperador elige.
Conclusiones
Y el juego es básicamente esto. Es un juego que tiene unas reglas muy sencillas, pero que rezuma maldad, si maldad, no solo en las peleas por ganar los electorados, que es algo habitual en cualquier juego de mayorías, sino que puedes darles pócimas envenenadas a los nobles de otros jugadores y acelerar su visita al cementerio.
La interacción del juego es altísima, para aquellos que piensen que los euros no tienen interacción, estamos hablando del 2004 y de que puedes hacer que las fichas de otro jugador se mueran.
La escalabilidad si que puede ser un fallo, si queremos verlo como tal, y es que el juego es para 4 jugadores, si se puede jugar con menos, pero no me verá nadie sentado a este juego con menos de 4 jugadores.
La rejugabilidad es altísima, ya sabemos que muchas veces tendemos a repetir acciones si nos han ido bien, pero es que nos permite hacer lo que queramos en cada partida y estar pegándonos por la victoria.
Hay muchas cosas en la sombra del emperador, es un juego que te va a hacer pensar en cada jugada, desde la escasez de dinero para hacer todo lo que quieres, hasta que es lo que vas a hacer, pasando por qué narices van a hacer el resto de los jugadores. Con quién te vas a aliar para echar a ese emperador déspota, si vas a conseguir muchos votos para emperador, pero otro jugador te va a quitar la opción de presentarte al cargo.
Y todo esto te lo presenta en menos de 90 minutos.
In the shadow of the Emperor es uno de esos juegos que podemos denominar euros clásicos, un juego que tiene unas reglas muy sencillas pero que te ofrece muchas cosas en su desarrollo. Con una interacción bestial y un desarrollo de la partida que va a dar lugar a comer mucha oreja.
Valoración Subjetiva
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