Escuela de Pingüinos es la propuesta de SD Games que nos invita a correr por un colegio un tanto loco lleno de pingüinos cukis y muchas aventuras.
Escuela de Pingüinos, revolución en las aulas
Las fotos de esta reseña son cedidas por Doctor Meeple, web de referencia en el mundo lúdico que os animamos a visitar
Ficha
ICECOOL – Escuela de pingüinos
- Editorial: SD Games
- Diseñador: Brian Gomez
- Ilustradores: Reinis Pētersons
- 2-4 jugadores
- 30 minutos
- + 6 años
¿De qué va?
Es un juego de habilidad en el que cada jugador controlará a un pingüino. Con él deberás intentar atravesar puertas para conseguir los sabrosos pescados que hay. Pero ojo, también tendrás que hacer de encargado de pasillo y tendrás que impedir que el resto de jugadores consigan los ansiados pescados.
El que más peces tenga es el ganador del juego.
La mecánica es tan sencilla como esto, intentar conseguir el máximo de peces posibles. La curiosidad del juego es que está compuesto por muchas cajas que ellas mismas forman la escuela en la que jugaremos. La verdad es que el diseño es muy ingenioso y en mesa luce espectacular.
Escalabilidad
Se puede jugar a todo número de jugadores, pero cuando el juego brilla es cuando más loco es. Así que a 3-4 es su número. También es cierto, que para coger el rollito, jugar a 2 puede ser una buena idea. Así podéis ir cogiendo habilidad en el noble arte de lanzar pingüinos.
Estética y Componentes
Quizás la idea de juntar cajas es muy guay, pero también hay que cuidarlo mucho porque a veces puede deformarse. Así que ojo con los componentes, no digo que sean malos ni mucho menos, pero con niños cerca es mejor tener cuidado.
El resto de componentes son muy top, se nota que hay mimo y amor en este juego.
Consejo
Mi consejo es que practiques, es un juego de práctica. Pero, sobretodo, que te lo pases bien, es un juego súper divertido en el que ganar sinceramente es lo menos importante.
Conclusión
Os explico por qué me flipa tanto este juego, siempre que lo pongo en mesa las risas están aseguradas. En festivales, por ejemplo, es enseñarlo y ya no vuelve hasta el final del día. Es imposible no pasarlo bien con este juego.
Los peques lo aprenden rápido y tienes que acabar proponiéndoles otro juego porque al final ves que acabarán sin dedos de lanzar tanto rato los pobres pingüinos. Así que es imposible no querer un juego que crea esta adicción tan grande y ves a los peques y no tan peques disfrutar tanto.
Diréis, ¿y la rejugabilidad? Es cierto, el juego siempre es igual, pero es que es tan adictivo que crea un pique constante. Es más, muchas veces los más peques se crean sus reglas y su juego y ¿Qué más da? Si al final lo que hemos venido es a jugar, ¿no?
VALORACIÓN SUBJETIVA
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