El D&D Killer y el fracaso de los juegos actuales

D&D Rol

¿Qué es tener éxito? Me dices mientras miras con tu pupila mi pupila azul…

El éxito es algo abstracto, y aunque hay varias acepciones recogidas en la definición de esa palabra en la Real Academia Española de la Lengua, el significado que la sociedad le da en ocasiones no coincide con esa definición.

Creo que, en general, estamos de acuerdo en que el éxito es algo positivo. Algo que surge tras conseguir unos objetivos, al completar una iniciativa o empresa, o cuando sacas crítico en una tirada de dados.

Loquillo definió el éxito como: «poder decir no, cuando el resto quiere decir sí»; mientras que Winston Churchill dijo: «El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». Frases vacías dedicadas a motivar a las personas para que hagan cosas, para que sean productivas y obtengan ese buscado y esperado éxito o mueran en el intento. Como si fueran clínex desechables o recambios de un solo uso.

Sin embargo, alejado de las definiciones y de conseguir objetivos o no, el éxito está influido directamente por la suerte y las expectativas.

Y, ¿qué tiene que ver el éxito con los juegos de rol, el D&D killer y el supuesto fracaso de los juegos actuales?

Este artículo es el resultado de una reflexión surgida tras leer varios comentarios en redes sociales. Sí, sé que no debería perder ni un segundo de mi vida en bucear en redes sociales, pero mirad el lado bueno (o malo), en ocasiones de ahí surgen ideas para textos como este.

El caso es que ya he leído varias veces eso del D&D killer en redes sociales, en podcast y en títulos de videos de YouTube, y en el contenido de esos mensajes me da la sensación de que hay un ansia por ver fracasar e incluso desaparecer a la franquicia de Dungeons & Dragons.

Entiendo la animadversión de cierta gente por el juego: las malas decisiones de Wizard of the Coast y Hasbro, sus políticas anticonsumidor, las frases dirigidas a obtener dinero a toda costa, los despidos, el tema de la O.G.L., el tema de las ilustraciones… pero no comparto la visión hasta tal punto que sea motivo suficiente para que el juego desaparezca. En todo caso, las corporratas que manejan el tinglado.

Creo que la importancia de D&D va más allá del juego. Es un poco el Super Mario de los juegos de rol. Un icono cultural popular que tiene alcance a nivel mundial y, aunque alguien no sepa que es un juego de rol, es posible que sí conozca qué es Dungeons & Dragons: una serie animada para niños de los años 80. Digo, un juego de rol de esos dirigidos a jóvenes en los que se usan lápices, hojas de papel y se lanzan poliedros con coloricos de diferentes caras numeradas. Eso con suerte, si no recuerdan lo del «asesinato del rol».

Como elemento popular, es normal que D&D tenga gente que adule al juego y gente que lo detracte. Más si es el clavo que sobresale de la tabla. Al igual que ocurre con esos otros juegos actuales que surgen a la sombra del gigante del dragón y el dungeon. Juegos que son tenidos por algunas personas como una especie de mesías capaz de hacer temblar al gigante de los juegos de rol.

Ahora está en boca de la comunidad el juego de rol de Cosmere, pero no hace tanto lo estuvo Daggerheart, y antes estuvieron Pahfinder y Pathfinder 2 y otros.

De hecho, con la movida de la OGL, parecía que se iniciaba un caldo de cultivo para conseguir que surgiera la oportunidad de que la comunidad abrazase en masa a otros tipos de juegos. Hablo del anuncio de ORC y otras iniciativas de crear licencias de contenido libre, algunas de mano de compañías muy populares como Paizo o Free League. Compañía esta última que, en mi opinión, está cogiendo excesiva confianza y realizando movimientos un tanto anticonsumidor. Pero, si queréis, ya hablaré de eso en otro momento.

El caso es que me da la sensación de que la gente cree que, para que alguno de los juegos de rol que surgen con fuerza en la actualidad resulten exitosos, deben poder tumbar a ese gigante que es Dungeons & Dragons. O al menos clavarle una espada vengadora sagrada +3 entre las costillas de alguno de los magos de la costa. Todos sus restantes méritos quedan ensombrecidos si no es de ese modo.

Y de ahí la pregunta: ¿qué es el éxito?

Cosmere acaba de salir, está en boca de todo el mundo, pero ya se pregunta si hace poco ruido y si se juega lo suficiente (a día de la redacción de este artículo, en España no han llegado los manuales físicos, únicamente los PDF).

De Daggerheart se están viendo gran cantidad de videos y artículos explicando hasta qué tipo de cepillo de dientes utiliza Mateo Mercero, pero como Critical Role vuelve a utilizar el sistema de D&D para su próxima campaña televisada, se pone en duda si Daggerheart ha tenido realmente éxito.

Estamos cayendo en la maldita inmediatez, en el FOMO. Eso que tanto criticamos en las redes sociales, de la atención de la juventud (y no tan juventud) en el contenido de la información y los titulares clickbait…, ejem, no hagáis caso del titular de hoy…

No damos tiempo ni somos coherentes con nuestros discursos. La sustitución de un imperio no se consigue de la noche a la maitina. Lo que representa D&D a día de hoy se ha forjado a lo largo de décadas. Aunque siempre ha tenido una predominancia por encima de los demás juegos de rol, no siempre ha sido como en la actualidad, y un posible futuro producto que pueda hacerle sombra no surgirá de repente, como setas en un bosque tras una lluvia de otoño.

Y en cualquier caso, si D&D cae, será sustituido por otro u otros juegos, con compañías que, mediante se hagan más populares, realizarán políticas anticonsumidor cada vez con más frecuencia. Y en ese caso, sean una o diez, estaremos en las mismas circunstancias, de modo que, ¿quién quiere tumbar a D&D y para qué?

El éxito se mide en expectativas de ventas, y estas pueden ser una utopía o ser tan altas que parecen una broma. Un dato que no nos afecta para nada, pues nosotres, con nuestros manuales, podemos pasar años jugando sin un nuevo producto.

El resto no nos importa ni a ti ni a mí, a no ser que seas autor de un juego de rol o trabajes para alguna editorial, claro.

Su éxito no tiene por qué ser nuestro éxito.

Su fracaso no tiene por qué ser considerado así por nosotres.

El D&D killer está en tu estantería.

El juego que fracasa es aquel que queda relegado al olvido. Aquel que desaparece como lágrimas en la arena entre los saldos de las estanterías de las tiendas de juegos de rol.

El juego que ha tenido éxito es de aquel del que hablas con tus amigues y cuya línea de juego se mantiene en el tiempo en las estanterías. Aquel que te hace sentir ilusión al escuchar un anuncio con un nuevo producto de su línea de juego, y con el que estás dispuesto a dejarte los dineros y vaciar tu cuenta del banco.

El D&D killer es el juego que tú usas con tu grupo de juego en lugar de Dungeons & Dragons o uno de sus sucedáneos. Aquel que hace que el Manual del Jugador quede relegado al olvido en la balda de tu estantería de juegos de rol.

El resto son tonterías. Lo importante es ser felices, juntarnos con nuestres amigues, lanzar dados y jugar.

¡Que veiga bueno!

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