Ya hemos visto Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, la nueva película de la franquicia del veterano juego de rol. Sabemos que no es rol, ya que es una película y es D&D (y como todo el mundo sabe, D&D no es rol), pero es una película basada en el juego de rol más famoso de todos los tiempos y creo que es lógico que hablemos de ello. Además, lo estabais esperando ¿Verdad?
¿Y qué decir de la misma? Yo no soy crítico de cine así que no profundizaré en eso de CGI, de las actuaciones o de si tal monstruo estaba creado por ordenador o era una maqueta bien hecha. Sin embargo, llevo jugando a Dungeons & Dragons desde algún tiempo y sí que me gustaría comentar algunas cosas en relación a la historia, personajes y la acción del film. Porque claro, es imposible llevar una pelea como la que veos en la pantalla a nuestras mesas de juego (Guiño, guiño).
El artículo lo voy a dividir en dos. Una primera parte con comentarios generales y sin spoilers, y una segunda parte hablando sobre la acción, combates y otros temas más concretos en los que sí que habrá spoiler. De modo que para quien no haya visto la película, avisaré para que pueda dejar de leer.
Sobre la Película
Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, es una película que sabía que me iba a gustar. Tenía que ser muy mala para que ocurriera lo contrario.
En el film encontramos humor, acción, algo de romance, una historia fácilmente comprensible con malos muy reconocibles y unos personajes imperfectos en los cuales se profundiza mediante avanza la historia. No tiene grandes pretensiones más allá de hacernos pasar un buen rato. Y creo que lo consigue con creces. Una frase muy recurrente en la comparativa con otras películas es que es un Guardianes de la Galaxia con D&D. Algo con lo que estoy completamente de acuerdo.
Los aficionados al juego encontramos un montón de referencias, como no podía ser de otra manera, y guiños a muchas cosas. Muchos nombres de ciudades y lugares, de organizaciones, de personajes importantes, etc. Y esto es importante a la hora de disfrutar la película. Sin saber de estas referencias, parte del disfrute se evapora. Se queda en una película de esas de robos cambiando las pistolas por conjuros y de los planos del estratega del grupo por objetos mágicos.
Eso no quiere decir que alguien que no sepa de qué va D&D no pueda disfrutarla, pero es cierto que la disfrutará mucho más si conoce mínimamente el entorno de juego de Reinos Olvidados.
Y esto no es difícil. En torno a esta ambientación se han sacado cientos de novelas y varios videojuegos. De hecho, parte de la acción sucede en Neverwinter, ciudad cuyo nombre aparece en el título de al menos dos videojuegos. También nombran a Baldur´s Gate, otra de esas ciudades emblemáticas y cuyo videojuego marcó un antes y un después. Y al comenzar la película, los personajes se encuentran en Ice Wind dale, lugar que también aparece en varios videojuegos.
No todos son lugares, sino que los nombres de varios personajes muy importantes tienen cierta relevancia, así como organizaciones y facciones.
De esta forma aparece un tal Aumar que es una referencia a Elmister, el sabio de la Tierra de los Valles; Lord Dagult Noverember, que es el gobernador de Neverwinter; y Szass Tam, uno de los villanos míticos de ese entorno de juego y líder de Thay y los magos rojos de Thay.
Del mismo modo nombran a la Alianza de los señores, el Enclave esmeralda, a los Arpistas y a los Magos rojos de Thay, que se podría decir que son las facciones más relevantes en la película, aunque nombran a más personajes y facciones sin que tengan más peso en la historia. Y no solo importantes en la película, ya que en las campañas de esta edición del juego, así como en los videojuegos publicados desde hace varios años, estas facciones han cobrado mucha más importancia, siendo parte de la motivación de los personajes el poder entrar a formar parte de sus filas.
Hay otros nombres que dejan en el aire. Por ejemplo, nombran las tribus bárbaras, pero no recuerdo que nombren a los Uthgardt, a cuya tribu diría que pertenece una de las protagonistas.
La película me dio la sensación de ser un pequeño tour a la parte norte de La Costa de la Espada de Reinos Olvidados, pues las aventuras y desventuras de los personajes suceden en diferentes puntos de este lugar, a los cuales tienen que viajar para conseguir sus propósitos.
No nos podemos olvidar de los monstruos, una de las cosas más llamativas del juego. Ya en los tráiler pudimos ver a un mimeto, a un oso lechuza (u oso buho), una bestia desplazadora, a dos dragones… sin contar aarakocras, dracónidos, medianos, elfos, enanos, y otras razas y monstruos. Su visión en pantalla está bien implementada pero destaca más por como aparecen que por su visión en sí.
Evidentemente los personajes entran dentro de los arquetipos de los personajes clásicos del juego: un hechicero, una druida, una bárbara y un bardo. Aunque cada personaje y sus habilidades están un tanto retocados y camuflados. No son el arquetipo clásico de esas clases de personaje. Esto hace que sea original por ser algo diferente, pero al mismo tiempo se echa en falta algunas habilidades que hacen reconocible a esas clases, sobre todo al bardo.
En definitiva, el grupo es un sigue la formación clásica: guerrero, mago, clérigo y pícaro, pero con clases alternativas que permite variar la personalidad de los personajes y usar habilidades diferentes. Más visuales si cabe.
Para terminar, la película en si tiene buen ritmo, mucho humor, acción y peleas. Es a las peleas lo que quizás les falte algo de épica. Algunas me han dado la sensación de poca emoción y otras que han preferido usar demasiado el humor para esas escenas. Siguen siendo divertidas pero… mi sensación es que falta D&D y sobra mesa de juego. Es decir, el sabor es exactamente como la experiencia de jugar con tus colegas, con risas y situaciones absurdas. Pero un DM veterano sabe que las risas están bien hasta cierto punto, y en ese momento hay que dejar las risas y crear tensión y drama. Esa tensión y drama no he logrado experimentarla en la película, a pesar de que hay elementos para poder conseguirla.
A partir de ahora el artículo contendrá spoliler, de modo que si no has visto la película y no quieres saber nada de la misma. NO SIGAS LEYENDO.
Sobre la acción y los combates ¡Alerta Spoiler!
Ahora que estamos solos y ya podemos hablar libremente… ¿Qué os ha parecido la película?
Yo salí muy contento por toda esa información del entorno de campaña y poder visualizar los conjuros de paladines, druida y hechicero, pero como decía un poco más arriba, me faltó épica en los combates.
Es difícil llevar a la mesa de juego una acción continuada y frenética como en la película en un juego cuando mecánica de combate del mismo consiste en turnos en plan tenis (ahora te toca a ti, ahora me toca a mi…) y no es la primera vez que leo comentarios cuando al ver una serie o película de Dungeons & Dragons como esta o The Legend of Vox Machina, que dicen que para representar eso es mejor jugar a (incluye juego que se te ocurra).
Una acción así de peliculera, fluida y orgánica solo la he experimentado con un juego: Dungeons World. Y a pesar de sus virtudes no es mi favorito. Sin embargo en The Legend of Vox Machina y Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones si he obtenido ese sabor tanto de Dungeons & Dragons como de sus combates.
Y es que hay a mucha gente que se le olvida que los puntos de golpe de D&D no son la vida del personaje, sino una mezcla entre la vida, cansancio, tensión, moratones y toda esa serie de conceptos que hace que el personaje sea vencido o no, incluida la moral, el ánimo y las ganas de vencer del personaje.
El combate final contra Sofina se percibe como un jefe final de aventura porque el despliegue de habilidades es tremendo y la situación merece la pena. Es el momento. Pero esta es una película de acción y humor, y esto último pesa más que lo primero durante todo el film. Si constantemente hubieran hecho esto la película hubiera resultado más pesada y con un tono menos humorístico.
No se puede representar el turno de juego de cada uno de los personajes porque no resultaría fluido, pero lo hacen de tal manera que todos tengan su foco en la pelea. Incluso ese golpe ridículo con el laud por parte del bardo, que no es capaz de coger ni una espada porque… patatas.
El combate contra la bestia desplazadora es un combate poco común, en el que se representa la perdida de pg mediante tratan de huir. Y está bien representado. Esta es una escena que se puede describir en juego si los personajes no se dedican únicamente al saja raja y piensan más allá de las reglas: con la intuición, con la lógica o la creatividad. Creedme, no es tan difícil no presentar batalla contra todo aquello que sale en juego, sobre todo si se conoce el objetivo de la escena.
El combate de Xenk Yendar es un ejemplo de jefe de zona y hace gala de sus poderes. A mí me resulta demasiado Deux ex machina, pero resulta potente y deja al paladín con la imagen arquetípica de la clase. Como si fueran imbéciles y tuvieran un palo metido en el culo.
El combate con el dragón rojo es otro ejemplo de combate en el que el objetivo no es combatir. En este caso el objetivo es huir porque el enemigo es demasiado poderoso y ya tienen lo que venían a buscar. Repito, no hay que combatir contra todo aquello que se te presenta si el objetivo es otro. Este dragón no es el enemigo final, así que el combate es… inexistente. Y esto se puede presentar fácilmente el D&D si DM y PJ coinciden en su manera de jugar. Hay reglas para ello y lo demás es narración.
Hay otra cosa que quería comentar, esta vez sobre la construcción de personajes y no tanto sobre como llevar la acción a la mesa de juego.
Antes he dicho que la formación del grupo de aventureros es el clásico: luchador, lanzador de conjuros divino, lanzador de conjuros arcano y pícaro. Pero no son guerrero, pícaro, mago y clérigo que si es la formación de personajes clásica, ya que son las clases primigenias de humanos.
En su lugar hay un humano bardo, Edgin Darvis, que es el pícaro. Un tipo honrado e idealista que anteriormente formaba parte de la facción de los arpistas. No es el típico pícaro de buen corazón o el oscuro asesino que se redime. Es un buen tipo que se equivoca, manda su vida al carajo y quiere recuperarla. Habla hasta por los codos y es astuto. Eso es todo lo que tiene del arquetipo de pícaro. Como punto negativo, hubiera estado bien que hubiera usado algunos poderes de bardo o que al menos utilizara algún arma y no el maldito laud para todo.
Doric es una idealista, un poco como Edgin, pero relacionada con la naturaleza. Se suele tener a los druidas como unos comeflores pero Doric es una mala bestia que se puede convertir en osolechuza y sus escenas de combate son brutales a la par que cómicas y divertidas. De hecho, hace más de pícaro que el propio pícaro.
No se desarrolla mucho su trasfondo, pero se ve su pertenencia al Enclave Esmeralda, guardianes de la naturaleza en Reinos Olvidados. Este personaje rompe el clásico de tener a una mujer y lanzadora de conjuros divino como la sanadora y la dota de un gran, gran protagonismo. Quizás su trasfondo no esté tan desarrollado, pero sus escenas son tremendas.
Simon Aumar, quien parece ser descendiente de Elminster o algo así (quizás simplemente sea un giño al personaje) es un hechicero salvaje. Vamos, que los conjuros le salen un poco como el churro, según cuenta a causa de su desconfianza en sí mismo. Como explicación me vale, tampoco es que le vaya a dar mucha importancia a ciertos detalles del lore.
No es el típico mago sabiondo, no torpe, ni un ratón de biblioteca… rompe con el arquetipo de mago clásico. Simon es otro pícaro. Un charlatán que roba a su público pero el cual tiene una gran falta de desconfianza en sí mismo y no puede conjurar hechizos poderosos ni sintonizarse con objetos mágicos, lo cual es algo inmediato en el juego.
Para finalizar tenemos a Holga Kilgore, la luchadora del grupo. Una bárbara que fue expulsada de una tribu por emparejarse con un mediano. De hecho, esa expulsión hace que caiga en depresión, se de a la bebida y rompa con su matrimonio con el ser amado.
Es bruta pero no gritona. Es silenciosa a la par que intimidante. Es macarra como ella sola y al mismo tiempo hace que se te parta el corazón pues su mayor deseo es volver a ver a su ex marido. Otro arquetipo que se rompe.
Y es que esto es algo muy chulo en la creación de los personajes. Son personajes rotos por unas u otras cosas. Son gente «normal» en un mundo fantástico que hacen lo mejor que saben hacer y tratan de tomar buenas decisiones. Gente que se equivocó en el pasado, que se equivocan en la película, pero que siguen intentándolo hasta conseguir su objetivo y de paso, salvar el mundo.
Son unos magníficos personajes que podemos tomar como ejemplo para romper con los tópicos y crear unas geniales aventuras en nuestras sesiones de juego.
Ver estos personajes en pantalla, es recibir una masterclass de cómo crear personajes de un juego de rol.
Y hasta aquí mi pequeña aportación sobre Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones. Espero que os haya gustado y si sois jugadores de Dungeons & Dragons y no la habéis visto, id sin miedo que lo pasareis bien por todas las referencias al juego. Que como decía al principio del artículo, no podía ser de otra forma. Eso si, no esperéis algo épico en plan Señor de los anillos. Su todo y experiencia es completamente distinto.
Si no sois jugadores de D&D y os gustan las películas de humor y fantasía, posiblemente seáis target, pero no esperéis una película de Oscar. Simplemente una película que os haga pasar dos horas de risas y diversión. Tampoco hay que pedir mucho más ¿no?
Avant
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