Cuando el material de apoyo para las partidas de rol se capitaliza

En muchas ocasiones, la función de quien dirige una partida de rol no empieza ni termina con la creación y narración de una aventura. La creación de mapas, «tokens», cartas, recortes de periódico, decoración y un largo etcétera de material de apoyo se añade a su labor. Pero, ¿Qué ocurre cuando las editoriales explotan ese trabajo extra?

El material de apoyo para dirigir partidas de rol es algo que ha existido desde sus inicios. Las miniaturas y dungeons utilizadas en sus primeras sesiones de juego son un ejemplo de ello. Algo que a día de hoy se sigue utilizando y me atrevería a decir que tiene su propio mercado, pues en ocasiones compramos este tipo de material por lo bonito que es, pero nunca llega a utilizarse en la mesa.

Me declaro culpable. Fallé la TS de voluntad y admito que tengo decenas de mapas tácticos acumulando polvo en los armarios, y raramente los utilizo porque priorizo el teatro de la mente.

Además de miniaturas, «tokens» y mapas tácticos, hay mucho más material de apoyo que quienes dirigimos solemos o podemos crear para mejorar la inmersión de las sesiones, y también para facilitar la información de las aventuras. Y no, aquí no incluyo la tarea de encargar las pizzas o aperitivos.

Porque sí, el material de apoyo no es algo simplemente ornamental o táctico, y también se ha incluido en montones de aventuras desde sus inicios: cartas de PNJ, recortes de periódicos, trozos de mapas…

Algo más difícil de incluir son puzles físicos, velas aromáticas, materiales palpables (llaves, disfraces, etc.), cartas de tarot para predecir el futuro, pistas de música, etc., cuya creación, normalmente, ha recaído en quienes dirigimos las sesiones de juego.

Desde hace un tiempo, las editoriales y creadores de aventuras han presentado productos que incluyen este tipo de material de apoyo, no como meras imágenes en los libros o aventuras de juego, sino en formato físico, dentro de cajas junto a las aventuras, facilitando el trabajo a quien dirige y, además, aportando material de calidad, que, además de aportar esa inmersión y facilidad de retener la información, aporta cierta «molonidad» por la calidad y lo bonito de dicho material.

Me vienen a la cabeza Drácula dosier, Piel de Toro, Critical o los Archivos de Caso 01 y 02 del juego de rol Blade Runner. Estas aventuras y juegos (Critical es una mezcla de ambas y la Caja de inicio de Blade Runner incluye reglas básicas y aventura) incluyen no sólo mapas y planos, sino también otro tipo de material físico, tales como recortes de periódico, cartas, documentos oficiales, pasajes, billetes, «fotografías» de escenas del crimen, etc., que en ocasiones incluso tienen mecánicas de juego para encontrar pistas de la aventura, como sucede con las fotografías Esper.

Yo suelo crear este tipo de material para mis sesiones de juego, y aunque crear tu propio material tiene esa satisfacción personal de hacerlo con tus manos, encontrar todo esto en una caja y preparado para jugar, sin tener que haber perdido horas y horas para preparar la sesión, es algo que agradezco. Cosas de la adultez, el trabajo, las tareas del hogar y tener a dos «crítters» a los que prestar atención en casa.

Además, hay que reconocer que, en ocasiones, la calidad de estos productos comprados es muy superior a lo que yo puedo hacer. Añadiendo la ventaja de que las ilustraciones están totalmente personalizadas para cada personaje, lugar, etc. Algo que es muy difícil de conseguir sin usar una maldita IA generativa, con cuyo uso estoy en contra.

Lo que me sorprende es que la existencia de este tipo de material reciba críticas. Es decir, es un artículo más de la tienda y que cae en la decisión personal de comprar o no. Por supuesto que este tipo de material no será tan barato como la misma aventura sin todo el material de apoyo, pero ¡leñe!, es un trabajo que alguien hace por nosotres, y eso tiene un precio. Tal como yo lo veo, es una opción más. Sin más.

Además, la crítica a este tipo de material me parece algo hipócrita. Durante las decenas de años de vida de los juegos de rol, se han vendido e incluido material de este tipo en forma de mapas, tokens, figuras, etc. Unas veces junto con la aventura y otras veces por separado. Y, aparte de la lógica y siempre necesaria crítica al capitalismo cuando esta maniobra era excesiva, no se ha criticado la existencia del producto en sí. No se ha puesto en duda la «necesidad» de que exista esa opción. ¿Por qué sí ahora?

Es posible que tengamos asociado y normalizado cierto tipo de material y no otro. ¿Mapas tácticos y miniaturas?, todo bien; ¿Documentos oficiales y recortes de periódico? ¡Hazlo tú mismo!

Supongo que todes sabemos que el principal fin de una editorial es obtener dinero. Sí, hasta las más majas y pequeñas. Aunque sí pueden diferir en filosofía de ventas y trato al consumidor. Que no es poco.

Una de las maneras con las que una editorial puede sacar a la venta más productos es aprovechar esos huecos que dejamos quienes jugamos o aquello que nos facilita la labor de la dirección.

No descubro a nadie, que una de las dificultades más nombradas es la falta de tiempo, y esta clase de productos reduce el tiempo de preparación.

Si todas las aventuras de rol publicadas se presentaran en este formato, me preocuparía. Pero no es así, estos productos son anecdóticos. Así que, todo bien.

Por supuesto, estos productos no están dirigidos a todo el público. Su precio limita su asequibilidad. Pero ahí entra esa parte de la afición con trabajo y una vida estable, a la par que poco tiempo.

Los que quieren coleccionar también son un público potencial, pero eso ya es otra historia.

Por otro lado, estos productos con ese acabado «profesional», refiriéndome a la calidad, marcan un nuevo estándar de cómo queremos crear este tipo de material para nuestras partidas. Son un referente, cómo esa persona que tanto te gusta como dirige o esas mesas de juego llenas de escenografía 3D y miniaturas pintadas, que molan mil, pero que no entiendo cómo alguien puede usar eso para jugar a rol. Molar mil, práctico a la hora de jugar, menos mil.

Lejos de convertirse en algo inalcanzable, como las nombradas mesas de juego que podrían utilizarse como maquetas de escenas de películas, el material incluido en Drácula Dosier, Piel de Toro o los Archivos de Caso de Blade Runner aporta ideas y referentes a alcanzar.

Con esto, el rol deja de ser ese producto considerado «barato», pues pagas por un servicio que se añade al precio del manual. Empero, la opción está ahí. Crear nuestro propio material de apoyo o comprarlo, cuando hay oportunidad. La decisión es nuestra.

¡Que veiga bueno!

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