Me embarqué en la aventura o empresa del Estrella Profunda hace alrededor de un mes y llevo más de cuarenta misiones a mis espaldas. Nada mal para alguien no habituado a los eurogames. Estoy empezando a pensar que necesito terapia, pues Endeavor Mar Profundo me ha enganchado de tal manera que he llegado a jugar hasta cinco partidas en un solo día.
He de decir que la experiencia de juego no me llena tanto como una partida de rol, pero algo debe tener para que haya jugado tanto en tan poco tiempo y haya dejado un poco de lado mis «obligaciones» para con este lugar en el que escribo, así como retrasar mi avance de la lectura del juego de rol Luna Roja.
Cuando el juego llegó a mi casa y vi el interior de la caja, pensé: igual este juego me viene grande.
Sin embargo, al comenzar a jugar tuve una sensación contradictoria. Por un lado, al leer las reglas no me pareció complicado de entender ni jugar. Sus mecánicas y fases de juego son sencillas, los componentes bonitos y el arte precioso. Es decir, todo lo necesario para que a alguien a quien le gustan los juegos de mesa disfrute.
Por otro lado, la dificultad del juego en cooperativo y solitario, que son los formatos en los que más lo he jugado, me pareció muy alta. Y eso es algo que desde que comencé a jugar he sentido como una especie de Pepito Grillo detrás de la oreja que me dice constantemente: te viene grande, te viene grande, te viene grande…
Esta sensación aumentó tras el Protos y Tipos que se realizó aquí en Zaragoza. Allí tuve la oportunidad, por fin, de jugar a un juego de mesa con Montse y David, la actual lideresa de El Club Dante y el antiguo jefe de este espacio, cuyos latigazos echo de menos.
El juego, cuyo nombre no recuerdo, era una especie de exploración de mazmorras con bazas, pero que al mismo tiempo había que emplear a favor una especie de combos que se conseguían mediante las bazas y el acabar con los enemigos. Estos combos eran lo que permitía superar cada nivel de mazmorra con los suficientes recursos como para llegar al siguiente con posibilidades de vencer.
Ver a David y a Montse pensar y descubrir esos combos me recordó a Endeavor Mar Profundo y a algo que ya hizo mi hijo mayor cuando jugué con él. Buscar esas combinaciones y explotarlas.
Y a ver, es evidente que eso ya lo sabía. El juego explota, mediante las publicaciones, conservación y descubrimiento de losetas de océano, el aumento de las estadísticas que nos permiten conseguir más discos de acción con los que poder realizar acciones con las que poder conseguir los objetivos presentados. Sobre todo, el objetivo de conseguir puntos se me antoja complicado.
Cuando se realizó el Protos y Tipos había jugado como a partida diaria, con algunas partidas adicionales cuando el tiempo lo permitía. El domingo, tras el evento, reinicié la «campaña», volviendo a jugar el escenario primero y proponiéndome no jugar los escenarios siguientes hasta no haber superado cada uno con un mínimo de 5 objetivos. Lo que sería el nivel normal. 6 objetivos, lo veo muy difícil para mí, siendo que con cuatro ya me parece difícil y 7… vamos a dejarnos de bromas.
A día de hoy, no sé si por esa especie de «iluminación», el juego no me parece tan difícil. Pero tampoco es que logre superar fácilmente cada escenario. Creo que mi media, con una excepción, es de victoria tras cinco partidas. Curiosamente, el escenario cuatro lo superé a la primera ¡y con seis objetivos conseguidos! Supongo que por la casualidad de la elección de losetas de océano, misiones e informes que favorecieron ese escenario.
Lo que más difícil se me antoja del juego es lograr explorar los extremos del «tablero» y sus profundidades. Conseguir alcanzar los niveles 4 y 5 me cuesta especialmente.
No sé si es porque el primer e incluso segundo turno los tomo como turnos de conseguir experiencia en lugar de conseguir objetivos y ya se me echa el tiempo encima para conseguir los objetivos de lugares que igual no he descubierto todavía o no tengo puntos suficientes en ingenio.
Y es que, a ver, conseguir aumentar las estadísticas es un tema. ¿Por cuál comienzas a subir? ¿Reputación para reclutar especialistas de mayor nivel? ¿Inspiración para conseguir más discos? ¿Coordinación para poder recuperar discos utilizados? ¿O ingenio para poder mover más y más profundo?
Actualmente apuesto por conseguir, en el primer turno, reputación y coordinación, pero todos son importantes en cualquier turno y no sé si es la mejor elección.
¿Y la primera acción a realizar? ¿Bucear y realizar publicaciones? ¿Mover y sondear o conservar?
Hasta el cuarto escenario mi primera opción es bucear e investigar, normalmente. Aunque en ocasiones, depende del especialista que escoja, publico y muevo.
Dicho esto, esta elección y cómo plantear la partida depende bastante de las misiones aleatorias que debemos hacer. Hay una que odio especialmente: la que te pide tener 5 especialistas sin ascender. ¿Por qué? Pues porque dificulta conseguir aumentar las estadísticas al no poder voltear las tarjetas de especialistas que aumentan las mismas y porque publicar se hace especialmente difícil ya que no se pueden escoger las que ascienden a los especialistas y renovar las publicaciones vistas. Esto es especialmente doloroso si uno de los objetivos del escenario es realizar cierto número de publicaciones.
En el quinto escenario la elección cambia bastante. Hasta el cuarto, la partida comienza, o te permiten empezar, en la loseta Estrella Profunda, que es nuestra base. Esta loseta da un disco de acción y comenzar con tres discos de acción inicialmente es una maravilla. Sin embargo, en el quinto escenario nuestra base se hunde y debemos buscarla para recuperarla y ya no estoy tan seguro de qué es mejor inicialmente porque, además, los requisitos para conseguir objetivos se vuelven más difíciles y obligan a sondear más y más profundo.
No he jugado todos los escenarios todavía y supongo que la dificultad aumentará a medida que juegue los siguientes. Me decepcionará si no es así. Y actualmente tengo una sensación similar a cuando estoy acabando un buen videojuego. Esa sensación de querer descubrir el final y saber si eres capaz de superar sus desafíos y, al mismo tiempo, no querer que llegue ese momento para que no acabe.
Esta bitácora termina aquí. No sé si os habrá resultado interesante, pero creo que este juego merecía unas impresiones más allá de hacer una reseña después de haber jugado «sólo», una docena de partidas.
