Ace of Spades, reseña by Dani «El Furna»

Ace of Spades nos convierte en un tahúr que debe enfrentarse a demonios venidos del inframundo. Un juego ambientado en los grandes westerns que nos presenta Devir.

Ace of Spades ¡Demonios, Poker y Rock and Roll!

The pleasure is to play
Makes no difference what you say
I don’t share your greed
The only card I need
Is the Ace of Spades
The Ace of Spades

Ficha

Ace of Spades

¿DE QUÉ VA?

Lord Overkill, el malo maloso del pueblo de Sweet Haven (perdido por allí en Arizona), no cesa en su empeño de atormentar a la población, desafiando a aquellos descerebrados que osan plantarle cara, a él y sus secuaces.

Tú, un tahúr al que Lord Overkill se lo ha arrebatado todo, has desarrollado la habilidad de canalizar la magia a través de tu baraja de cartas y has decidido poner fin a esta tortura que sufre Sweet Haven.

Con esa premisa, prepararás el escenario seleccionando, bien premeditadamente o bien aleatoriamente, doce enemigos con los que te batirás en duelo, siendo el último de ellos Lord Overkill en alguno de sus cuatro niveles.

Por otro lado, barajarás la baraja (valga la redundancia) de cartas de póker que usarás como disparos con los que eliminar a los enemigos y “pasarte la pantalla”.

Esa eliminación se realiza mediante jugadas de póker. Cuanto mejor sea la jugada mejor es el disparo y más puntos de vida le restarás al enemigo. Para ello, tendrás que conformar la mejor jugada usando cinco de las ocho cartas que tienes en la mano.

Pero ojo, tus balas (y tus posibilidades de descartar y robar nuevas cartas) son limitadas, por lo que tendrás que evaluar muy bien tus jugadas para salir airoso, y es que cada enemigo (o mejor dicho, la localización del enemigo) determina cuantas balas dispones y cuantas recargas y ya os avanzo que el máximo es cuatro.

Los secuaces de Lord Overkill te proporcionan habilidades puntuales o permanentes una vez los has derrotado, dependiendo de si era un simple esbirro un villano de mayor rango, algo que te va a ayudar a mejorar tus capacidades conforme avances porque, créeme, lo vas a necesitar.

Y así se irán sucediendo los enemigos hasta llegar a enfrentarte a Lord Overkill o mueras en el camino, no hay término medio.

Adicionalmente a lo explicado, en ciertos momentos de la partida, se renueva el mazo volviendo a barajar lo descartado y el mazo aún vigente para continuar avanzando, cosa que también te obliga a generar un replanteamiento de tu secuencia porque es un “reset”.

También se proponen cuatro modos de juego. El fácil donde las jugadas solo requieren descartar las cartas necesarias (2 en una pareja, 3 en un trío y así), el normal que es el que os he explicado, el difícil donde la diferencia es que no puedes consultar la pila de descartes (este es el modo en que he jugado yo por definición) y el nivel pesadilla, donde no puedes consultar las cartas descartadas y, además, deberás restar uno al valor del dial de descarte de la escena en curso… Vamos, que toca estrujarse el cerebro bien…

El modo cooperativo funciona igual solo que cada jugador tendrá cinco cartas en mano y las otras tres estarán en la mesa (a lo Texas Hold’em) que serán compartidas entre ambos participantes y se tendrá una comunicación limitada entre ambos, no pudiendo dar información concreta de la mano que llevan, sino más bien poco precisa o ambigua con el fin de evaluar como de bien o mal puede salir la jugada.

No nos vamos a engañar, esto va de jugar al póker, pero no te lo va a parecer y, además, te va a dar un extra que es querer jugarlo sin parar por el rollo narrativo de derrotar a Lord Overkill.

REJUGABILIDAD

Como decía en el punto anterior, la rejugabilidad es altísima porque te va a picar mucho, o al menos eso me pasa a mí y lo bueno es que el juego te da los componentes para que no se te haga repetitivo y tedioso.

Con los enemigos, pese a tener un mismo escalonamiento de complejidad, puedes hacer que cada partida cambie a lo que hay que sumar los cuatro niveles de dificultad que te proporcionan nuevos retos.

El uso de la mecánica de póker creo que le viene muy bien para tener el punto de aleatoriedad que se necesita para esa rejugabilidad.

ESTÉTICA Y COMPONENTES

Aquí voy a separar, primero, dos aspectos que luego se unen.

El primero es el arte de David Rubín. Yo lo conozco por sus cómics como El Fuego, con un arte muy explosivo, como es el, y a la vez muy psicodélico. En cierta manera, y salvando todas las distancias, me recuerda a Mike Mignola por ser algo muy característico.

Las ilustraciones de los villanos y esbirros, llenas de referencias (a ver cuáles encontráis) encajan a la perfección con el espíritu gamberro del juego. El color, el tipo de dibujo, todo encaja.

El segundo aspecto es la producción. Las cartas son de una calidad excelente donde muestran los valores de los palos bajo un fondo “sucio” que le da carácter, las cartas de enemigos tienen un buen tamaño y disposición de la información y son de un buen grosor, algo parecido al tablero de juego personal con los contadores y la información que necesitas tener a mano para no tener que ir a consultar el manual.

Súmale a eso la slipcase donde viene todo, con una ilustración del desierto de Arizona flipante, la carta promo con el as de picas en formato “foil” y otras promos que se han visto por ahí…

Ambos aspectos, le dan un nivel de producción altísimo, que luego valoras y dices que por 25€ está regalado.

Aun así, en este apartado he detectado un fallo que mi TOC no ha sido capaz de superar aún. En el lateral que cierra la slipcase, el logo de Devir está boca abajo y no consigo saber si tiene alguna lógica o se trata de un error de maquetación.

CONCLUSIONES

A mí el juego me ha “putoflipado”. Así de claro.

Y lo ha hecho por generarme la sensación de que no puedo guardarlo sin intentar avanzar una vez más. Esa sensación que tenía cuando iba al salón recreativo a darle a las máquinas arcade (o que luego he tenido con videojuegos más actuales) y que le echabas una moneda más para no volver a empezar (aunque en Ace os Spades si empiezas de 0 y no desde el último punto guardado) y llegabas tarde a cenar pese a la bronca que te iba a caer en casa.

Si no estás preparado para soportar la frustración, aléjate de este juego porque no te lo va a poner fácil.

Desde el punto de vista de producto, Devir ha hecho un grandísimo trabajo para que este juego tenga un valor alto a un precio comedido, algo que va a hacer que el juego se venda como churros (algo que ya hemos visto en Gen Con con el cartel de Sold out).

Mecánicamente no hay nada que pueda decir que sea espectacular, pero creo que no lo necesita porque con lo que hay (repito nuevamente: jugamos al póker) funciona perfectamente y que se ha sabido ajustar con las limitaciones de jugadas para que no sea repetitivo, tenga un equilibrio estratégico, tomes decisiones y, como buen juego de cartas, el azar te obligue a replantear lo que estabas haciendo para sobrevivir.

Me gustaría a provechar el espacio de estas líneas para dar todo mi apoyo a Benja Amorín por los ataques gratuitos hacia él tachándole de racista.

Existen dos cartas que hacen una referencia a la película de Django Desencadenado y que David Rubín ha ilustrado de manera excepcional (como el resto de las cartas) que sí, ilustran un esclavo (negro) y un esclavista (blanco)

En vez de decir cosas sobre Benja sin tan solo conocerle, valdría más la pena aprovechar estas cartas para explicar a vuestros hijos e hijas, a vuestras familias, que es lo que sucedió y que cosas deberían tener en cuenta para no ser como ese esclavista.

Esconder la historia no soluciona el problema.

Valoración Subjetiva

ACE OF SPADES
CONCLUSIÓN FINAL
Ace of Spades es un juego muy adictivo que te hará perder horas de sueño hasta que consigas vencer a al malo.
MECÁNICAS
70
ESTÉTICA Y COMPONENTES
90
REJUGABILIDAD
100
DIVERSIÓN
100
Nota de lectores5 Votos
72
PROS
Producto muy equilibrado
El juego pide revancha continuamente
CONTRAS
Puede generar un alto grado de frustración
El logo de la slipcase que está del revés
90

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